En la recta final del ciclo kirchnerista de gobierno se aviva la pelea por los empleados públicos. El principal frente de conflicto es hoy la disputa por el proceso de pase a planta permanente de 7.500 estatales, acordado en mayo durante el arreglo paritario con el Frente de Gremios Estatales (FGE).
La publicación en el Boletín Oficial de la decisión administrativa 609/2014, el 7 de agosto pasado, dio inicio al proceso de incorporación y desató una interna entre el personal de planta transitoria y los militantes incorporados a las oficinas del Estado.
Desde los dos gremios mayoritarios (ATE y UPCN) admitieron ante la consulta de PERFIL que hay una fuerte preocupación entre los estatales, porque temen que los criterios políticos sean privilegiados a la hora de asignar las vacantes.
En particular, muchos creen que los militantes de La Cámpora correrán con ventaja en este proceso que los blindaría ante el futuro cambio de
gestión.
Según datos que maneja ATE, durante la década del 90 los empleados estatales pasaron de más de un millón, en 1990 a, cerca de 250 mil.
Cuando asumió Néstor Kirchner, en 2003, la planta estatal se mantenía en el cuarto de millón. Durante los tres gobiernos del Frente para la Victoria creció la incorporación de cargos estatales y el total superó los 340 mil en 2013. Siempre según la información provista por ATE, existen unos 61 mil empleados públicos que hoy realizan tareas de carácter permanente sin pertenecer a la planta.
Datos del último presupuesto elevan la cifra de empleados actuales a 370 mil, pero marcan una tendencia similar en el crecimiento de cargos al que releva el gremio de estatales.
La firma de un acuerdo por la efectivización de 7.500 trabajadores en el último año de gobierno despertó fuertes sospechas sobre una maniobra para perpetuar la presencia de la militancia K en el aparato estatal. PERFIL pudo constatar que ya se están dando fuertes discusiones en la Anses, la AFIP, Desarrollo Social y otras reparticiones del Estado donde hay una fuerte presencia militante. Sin embargo, la dirigencia nacional de ATE, el gremio integrado en la central que dirige Pablo Micheli, y de UPCN, afiliado a la CGT de Antonio Caló, manifestaron una fuerte confianza en el proceso de concurso que deberá regular la entrada de los trabajadores a planta.
“Los sindicatos participamos como veedores, se define un perfil en virtud del cargo concursado y cualquier irregularidad puede ser recurrida”, explicó un vocero de UPCN.
Desde ATE, el secretario Fuentes indicó que “el proceso de concurso es para nuevos cargos, nosotros proponemos pasar a planta a todos los trabajadores con contrato y establecer un cerrojo para que los próximos gobiernos no puedan incorporar empleados sin concurso”. En medio de esta pelea, también hay una fuerte disputa por los salarios. Desde ATE, se pide una reapertura de paritarias, una opción que fue descartada de plano por el titular de UPCN, Andrés Rodríguez, quien cuenta con la representación de los estatales en la mesa paritaria.