En medio de un clima de denuncias sobre el sistema electoral, Daniel Scioli pretende que los resultados de la elección presidencial del 25 de octubre queden afuera de las acusaciones de fraude por parte de los partidos de la oposición.
El candidato del Frente para la Victoria sabe que si se da el escenario de una victoria en primera vuelta será sobre un resultado ajustado (necesita conseguir el 40% de los votos con una diferencia mayor a diez puntos o superar el 45% de los sufragios). Y una diferencia apretada puede incentivar a la oposición a volver sobre las denuncias de fraude.
En este marco, y con el objetivo de que la elección no sea deslegitimada, Scioli mantuvo un encuentro con el presidente de la Cámara nacional Electoral, Santiago Corcuera para que el conteo de los votos no dé lugar a denuncias de sus competidores.
El primer objetivo que acordaron es conseguir un escrutinio rápido. La idea es que a las diez de la noche se conozca la tendencia electoral en la categoría a presidente y que un recuento de votos lento no aliente sospechas.
Una de las maneras de conseguir un escrutinio más ágil al habitual es que en la provincia de Buenos Aires (en donde se encuentra el 38% del padrón nacional) se puedan retirar las urnas antes de lo que la Justicia determina en la actualidad. Hasta ahora se impide trasladarlas hasta que no se haya terminado de votar en cada una de las mesas de la escuela. Esto provoca que los telegramas que contienen la información para comenzar a cargar los datos terminen retirándose después de las 21 horas. Por ello, la próxima semana, desde la Dirección Nacional Electoral se le pedirá al Juez Federal con competencia electoral en la provincia de Buenos Aires, Laureano Durán, que dicte una resolución por la cual haya un retiro de urnas en dos turnos. Y así se puedan comenzar a trasladar antes.
Esto permitiría que se pueda comenzar a cargar poco después de cerrar el horario de votación.
También se estudia cargar primero los telegramas de los resultados nacionales y luego las provinciales. Con estas medidas, Scioli busca que a las 22 horas los medios de comunicación ya hablen del primer lugar que aspira a conseguir y que ratifican todas las encuestas, aunque faltará saber si finalmente le alcanzará para evitar la segunda vuelta.
Mensaje a sus competidores. “Aprendí a tomar la victoria con humildad, y si a uno le toca perder, lo hace con grandeza”, dijo el candidato a presidente del Frente para la Victoria ante PERFIL. Scioli le habla así a una oposición que se mostró unida para reclamar ante la Cámara Nacional Electoral algunas medidas que garanticen la transparencia en los próximos comicios.
El fantasma de una oposición deslegitimando su triunfo fue motivo de charla con el ex presidente de
Brasil, Luiz Inácio Lula Da Silva, quien le recordó que la crisis de la economía y el escándalo del Petrolão “fue utilizado” por la oposición brasileña como una especie de “tercera vuelta electoral”, organizando movilizaciones y pidiendo el juicio político a Dilma Rousseff. “Lo hablé con Lula, en su país querían instalar la idea de una tercera vuelta buscando deslegitimar y cuestionar la victoria”.
“La del 25 de octubre es una gran jornada democrática en la que cada uno debe estar a la altura de las responsabilidades que tienen, hay que aceptar la voluntad popular, transmitirle tranquilidad al pueblo de que se va a actuar con madurez”, repite Scioli.
Lula en Villa La Ñata
Daniel Scioli recibió a Luiz Inácio Lula Da Silva en su casa de Tigre. “Estoy cansado de descansar, quiero volver a la lucha”, repitió el ex presidente de Brasil durante su charla con el gobernador bonaerense. El jueves, luego de un recorrido por el club Villa La Ñata en el que el anfitrión le mostró una estatua de cera suya, Da Silva cenó con el candidato del Frente para la Victoria, quien también invitó al encuentro al gobernador de Jujuy y presidente del Partido Justicialista, Eduardo Fellner. “Yo hincho para que Scioli gane las elecciones” había dicho Lula antes de encontrarse con el gobernador, por lo que el candidato presidencial piensa devolver la gentileza anunciando lo positivo de una nueva postulación del brasilero a la presidencia.
El caso Bush-Gore
Entre los antecedentes internacionales, la controversia electoral más emblemática en la definición de una competencia presidencial ocurrió en 2000 en los Estados Unidos y se terminó por resolver con la consagración de George W. Bush como jefe de Estado.
Un cuestionado sistema electoral en el estado de Florida se trabó en medio de presentaciones judiciales, hasta que la Corte concedió los votos al candidato republicano, en desmedro del demócrata Al Gore. El resultado final recién llegó más de un mes después, luego de una controversia que puso en discusión el sistema de votación electrónica, y se definió cuando la Corte Suprema no permitió el reconteo manual en cuatro condados de Florida que había pedido Gore.