Desde que se empezaron a realizar en el país las Primarias Abiertas, Simultáneas y Obligatorias (PASO) se repite una misma discusión: el candidato que les gana a sus competidores la interna ¿retiene todos los votos en la elección general? En 2011 y 2013 hubo 94 espacios que definieron sus candidatos en las PASO, y el balance muestra que en promedio el 90% de los votos se mantuvo en la boleta de la agrupación en la elección general.
Con las primarias repitiéndose en distintos puntos del país, la discusión recrudece. ¿Se quedarán Horacio Rodríguez Larreta o Gabriela Michetti con los votos del perdedor para la elección general? O en el caso de Santa Fe, ¿el socialista Miguel Lifschitz sumará los votos de su rival en el Frente Progresista, el radical Mario Barletta? Y la respuesta no puede ser la misma, porque múltiples factores pueden modificar el escenario. Sin embargo, la tendencia que se viene replicando es que nueve de cada diez votantes eligen seguir apostando al mismo espacio.
El relevamiento muestra en un extremo a candidatos que no sólo mantienen los votos que sacó todo el frente en las PASO sino que incluso los aumentan en la general. El máximo fue en Neuquén, en 2013, donde el candidato a diputado que ganó la interna del Frente para la Victoria en la elección general sacó 174% más de los votos que habían sacado junto a su rival. En el otro extremo están los que no logran retener muchas voluntades, que terminan fluyendo hacia otros espacios. En 2013, en Tierra del Fuego, el PJ sacó 10% en las PASO sumando a sus tres candidatos, sin embargo el ganador sólo consiguió 3,5% en la general (retuvo sólo el 34%).
El caso más famoso de una primaria con competencia interna hasta ahora era el de UNEN en 2013. En ese caso, la lista de diputados, que encabezaron Elisa Carrió y Martín Lousteau, retuvo el 89% de los votos de las PASO. La de senadores, en cambio, alcanzó a contener el 85% con Pino Solanas a la cabeza. Los factores que inciden pueden ser diversos:
◆ Homogeneidad. No es lo mismo si el enfrentamiento se produce puertas adentro de un partido político o de un frente con años de presentarse en elecciones, que si en cambio se arma un rejunte que busca resolver candidaturas en las PASO. En estos casos, los votantes del candidato que perdió no siempre están dispuestos a votar al ganador y terminan buscando otra opción.
◆ Potencialidad. Si el resultado de las primarias fue peor al esperado, lo natural es que el desempeño en la siguiente ronda se vea afectado. Por el contrario, si la competencia interna fue atractiva y ganadora, es más probable que el espacio fidelice su voto o incluso reciba votos que en las PASO fueron a otras fuerzas.
◆ Voto estratégico. Existen internas que focalizan gran parte de la atención del electorado, y atraen votos que normalmente se hubiesen contabilizado en otro espacio. En esos casos, es de esperar que en la elección general el ganador no logre sumar de nuevo todos
los votos.