POLITICA

Hoy se define el futuro de la CGT

Sanidad, Luz y Fuerza, Comercio y Ferroviarios se reúnen esta tarde y abandonarían la central obrera. Las negociaciones con el Gobierno.

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| Cedoc

La Confederación General del Trabajo (CGT) quedaría fracturada hoy, una vez más en su historia, si el Gobierno no interviene. Los gremios de los llamados "gordos" continúan con sus críticas al camionero Hugo Moyano y tienen prácticamente decidida su partida de la central sindical.

Los opositores a Moyano se reunirán esta tarde en la sede del gremio de Sanidad, liderado por Carlos West Ocampo. Hasta ahora sólo confirmó la ruptura Oscar Lescano, de Luz y Fuerza, pero también se sumarían al cismo los "gordos" Armando Cavalieri (Comercio), José Pedraza (Unión Ferroviaria), y el anfitrión West Ocampo, informó el diario El Cronista Comercial. Dos gremios independientes -los estatales de UPCN conducidos por Andrés Rodríguez y la UOCRA de Gerardo Martínez- aún no definieron su posición.

El conflicto comenzó tras la derrota electoral del kirchnerismo, cuando el Gobierno convocó a la CGT al Consejo Económico y Social (CES). Los "gordos", que rechazan hace tiempo la conducción de Moyano, se negaron a participar y pidieron que se elija a un triunvirato que los incluya en la cúpula de la central obrera.

"Resulta que ahora aparecen los reivindicadores de los trabajadores, si entregaron toda la vida a la gente", respondió Moyano, y calificó de "cara de piedra" a sus opositores. Los gordos esperaban un gesto conciliador, pero su réplica profundizó la fractura: "Dijo cualquier barbaridad, no tiene retorno, no podemos sentar al lado de un compañero que rompió los códigos", protestó Lescano, de Luz y Fuerza.

Moyano intentó bajarle el tono al conflicto anoche, en declaraciones al canal de noticias TN: “La CGT ni se quebró ni se va a quebrar. No es un colegio de señoritas. La fractura se produce cuando se entregan los derechos de los trabajadores y se los pone a disposición del poder económico”, afirmó. Para los gordos, "fue más de lo mismo", dijeron a El Cronista.

El jefe de Gabinete, Aníbal Fernández, sostuvo que el Gobierno no puede intervenir en la interna sindical, pero reconoció el interés en solucionar el tema: "No colaborar es de mala leche", explicó al diario La Nación.

Fernández es uno de los encargados de las negociaciones reservadas que el ejecutivo mantiene con los gordos, junto a los ministros de Trabajo, Carlos Tomada, y de Planificación Federal, Julio De Vido.

Según fuentes sindicales, esas intervenciones habrían sido insuficientes: los opositores e independientes siguen reclamando "una señal contundente" del Gobierno para "democratizar" las relaciones entre la CGT y el oficialismo. En criollo: que Moyano no sea el único representante frente a los Kirchner.

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