Trece de los 14 detenidos por los ataques cometidos durante la jornada del miércoles en el cementerio de Recoleta y en la casa del juez federal Claudio Bonadio pasaron la noche en la alcaidía de los tribunales de Comodoro Py, donde a partir de hoy a las 7.30 serán indagados por Julián Ercolini, el magistrado a cargo de la investigación.
Ayer estuvieron en el edificio del barrio de Retiro responsables del Departamento Unidad de Investigación Antiterrorista (DUIA), de la Policía Federal, que explicaron al juez y al fiscal del caso, Jorge Di Lello, que los explosivos utilizados en ambos casos eran precisos y realizados con la misma materia prima. La sospecha es que ambos artefactos se fabricaron en el conventillo de la calle Pavón, en San Cristóbal, donde se produjeron diez de las 14 detenciones.
Durante la jornada de ayer también se realizaron una serie de nuevos allanamientos tanto en la Capital como en el Conurbano. Para las fuerzas de Seguridad además de tener vinculación entre sí, los episodios guardan relación con otros hechos similares ocurridos durante los últimos meses. Por su parte, la Justicia mantiene prudencia sobre el tema y por ahora los evalúa como dos hechos cometidos de forma “rudimentaria” por personas con “alguna conexión grupal”. En tanto, la diferencia principal entre los explosivos involucrados en los episodios del miércoles sería que el artefacto arrojado en la casa de Bonadio estaba armado para que tuviera efecto incendiario (tenía aerosoles de gas butano en su conformación) y el de Recoleta no.
Los cinco allanamientos realizados durante la jornada de ayer fueron en la calles Pavón, Brasil y Murillo, de la Capital, así como en Villa Bosch y Don Torcuato, en la casa de Anahí Esperanza Salcedo, la joven herida y detenida tras la explosión del cementerio de Recoleta, en el atardecer del miércoles. Salcedo es la única de todos los apresados que no declarará hoy en indagatoria, ya que permanece internada en grave estado en el Hospital Fernández. En su casa se encontraron un croquis del cementerio y del mausoleo de Ramón Falcón.
Para la Policía, los ataques estarían vinculados a otros episodios de violencia como el ocurrido en la presentación del documental de Florencia Kirchner sobre Santiago Maldonado o con lo sucedido en el caso de la empresa Indra, en agosto de 2017. En tanto que en tribunales también se menciona una causa que tramita en otro juzgado de Comodoro Py donde el autor del hecho también usaba un mameluco blanco como el que llevaba Marco Viola, el hombre detenido en las inmediaciones de la casa de Bonadio. Y otro episodio similar en la zona de Villa Bosch, de donde es oriundo el joven de 32 años. La sospecha es que también se trata de él. Cuando fue detenido, Viola llevaba un carnet falso del Hospital Pirovano.
Cristina denunció un espionaje en su contra
Cristina Kirchner volvió a denunciar ayer al Gobierno por un supuesto espionaje en su contra. Vía Twitter, la ex presienta relató que tres personas intentaron colocar tres cámaras y un domo en la esquina de su casa porteña,
pero que luego de ser consultados por su custodia respondieron que eran de una empresa contratada por el Ministerio de Seguridad porteño y enseguida después se fueron. Su jefe de custodia hizo una denuncia, pero el juez Claudio Bonadio (estaba de turno) la desestimó. “El Gobierno es responsable y tiene que terminar con el espionaje, la persecución y el hostigamiento a los opositores”, aseveró la ex presidenta.