POLITICA
ORO NEGRO NACIONAL Y POPULAR

¿Inversores arriesgados o aventureros?

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La exploración de petróleo es un negocio que no resulta de interés para las grandes petroleras que se dedican a extraerlo de pozos de gran magnitud, como en el caso de Repsol o Petrobras. Esas compañías prefieren centralizar las inversiones en la extracción del crudo, en vez de dispersarlas en la búsqueda de eventuales hidrocarburos que tal vez nunca encuentren, según los expertos consultados por Perfil.

Por el contrario, la búsqueda de petróleo en las llamadas zonas de “mediano o alto riesgo” (de no encontrar nada) puede derivar en buenas ganancias para las compañías más chicas o nuevas. De acuerdo con los especialistas, la clave se encuentra en reducir los riesgos. En primer lugar, vale aclarar que cuando se licita una zona, se lo hace porque existen trabajos previos que muestran probabilidades de encontrar crudo. Durante las décadas del 60, 70 y hasta los años 80, la estatal Yacimientos Petrolíferos Fiscales (YPF) hizo tareas de exploración en casi todo el país, que hoy son usadas como punto de partida en la selección de las tierras.

Un ejemplo que muestra lo atractivo que puede resultar esta actividad, es el caso de Loma de La Lata, el yacimiento de gas gigante de la Argentina. En los años sesenta, el entonces presidente Arturo Frondizi le entregó una concesión a la empresa Esso para exploración. La multinacional nunca encontró el yacimiento. A mediados de los setenta, cuando esas tierras ya habían vuelto a manos del Estado, la YPF volvió a explorar el terreno y encontró ese gran reservorio que todavía abastece al país.

En el caso opuesto, hace unos años la Shell invirtió millones de dólares para explorar la Cuenca de Magallanes. Sin embargo, encontraron muy poco, en condiciones que no eran favorables, y tuvieron que levantar campamento.

Aunque el riesgo de sufrir pérdidas siempre se encuentra presente, el descubrimiento de hidrocarburos que se puedan extraer reporta a las compañías pingües ganancias. Esto se puede apreciar con claridad con sólo comparar el costo de la extracción –entre 6 y 8 dólares– con el precio de venta del barril de crudo: cerca de 50 dólares.