El Gobierno busca aceitar el plan de contingencia para mitigar las protestas que se avizoran entre el 19 y 21 de diciembre. Una decena de informes de inteligencia que individualizan a integrantes de barrabravas y a “distintas agrupaciones” fueron procesados en el tercer piso del edificio de Paseo Colón 533, tres pisos debajo del despacho del secretario de Seguridad, Sergio Berni.
El plan para evitar los saqueos, que desde hace tiempo se preanuncian en las redes sociales, está basado en cuatro pilares: inteligencia, despliegue rápido de pequeñas unidades de fuerzas, monitoreo constante y centralización de comunicaciones. Así será en la Ciudad, en el Conurbano bonaerense y en algunas capitales o distritos del interior del país.
La metodología será similar a la que se empleó el jueves, durante los incidentes que protagonizaron los hinchas de Boca Juniors mientras realizaban un festejo en la zona del Obelisco.
“No creemos que haya desbordes”, aseguró a PERFIL una fuente del Ministerio de Seguridad que aún se lo ve agitado por los acuartelamientos, saqueos, y enfrentamientos que se desataron en diferentes puntos del país como consecuencia de una cadena de reclamos salariales de las policías provinciales.
Los informes de “inteligencia criminal”, que están en manos de la ministra de Seguridad, Cecilia Rodríguez, detallan que hay “barrabravas y otras personas, todas judicializadas” que están “convocando a través de redes sociales y otros métodos con el objetivo de crear disturbios”, confia una fuente de esa cartera. “También contamos con otros indicadores que concentran a distintas agrupaciones”, completa.
Policías. Según el cuadro de situación que lee el Gobierno y que no sale sólo de las usinas del Ministerio de Seguridad, las protestas que se verán en los próximos días estarían “concatenados” con los reclamos policiales en las provincias y las ansias de sindicalización de las fuerzas de seguridad. “Hay que poner el ojo en los mismos estudios jurídicos que agitaron los levantamientos de Gendarmería y la Prefectura en octubre del año pasado, son los mismos que ahora agitan la retroactividad de los aumentos. Son los que llevan los juicios de los retirados, exonerados y que defienden a ex represores”, apuntó un funcionario importante del Gobierno. También acusó a la CGT que lidera Hugo Moyano y “a la CTA, pero en menor escala”. La sindicalización “significaría un aporte millonario y eso es lo que buscan”, destacó.
En la Ciudad se prevé desplegar al Grupo de Operaciones Motorizadas (GOM), el nuevo “chiche” de Berni; a la Guardia de Infantería, y a la División Operaciones Urbanas de Contención y Actividades Deportivas (Doucad). Todas unidades especiales de la Policía Federal.
Gendarmería Nacional estará distribuida en el conurbano bonaerense. “Son los mismos efectivos que están en los diferentes operativos.
Los efectivos que fueron trasladados a las provincias también estarán realizando tareas de prevención”, detalló un uniformado del Edificio Centinela.
Búnker. En el tercer piso del edificio de Colón 533, Sergio Berni armó un impenetrable Centro de Monitoreo. Desde allí “se fiscaliza todo”, dice uno de los colaboradores del teniente coronel. Otro de los bunker que se utiliza es el Centro de Operaciones Federales, ubicado en la sede de la Policía Federal.
El tercer lugar clave para atender las situaciones de crisis, es el Centro de Respuesta Unificada, también en el edificio de la calle Moreno 1550. Una moderna sala donde se concentran y unifican las comunicaciones de las cuatro fuerzas que operan en el país. En el edificio Centinela, la Gendarmería también tiene su central de operaciones; al igual que la Prefectura en el edificio Guardacostas.