La Secretaría de Transporte de la Nación no para de generar causas en la Justicia. Como si no bastara con el paso de los exsecretarios Juan Pablo Schiavi o de Ricardo Jaime, las "irregularidades" de sus funcionarios sigue sumando sospechas de corrupción y mal manejo de fondos públicos.
Es que a las causas por coimas y la tragedia de Once que ponen a los exsecretarios de Transporte en el tapete, se sumó ahora el insólito caso de una funcionaria de la cartera que contrató a su hermana para que refaccionara una oficina por 2,5 millones de pesos, con gastos en muebles que costaron hasta 15 veces más caros.
Se trata de Nora Turco, directora nacional de Planificación y Coordinación de Transporte, y coordinadora de Planificación del Transporte Urbano en el Área Metropolitana de Buenos Aires (Platamba), que ya está imputada por irregularidades en la licitación para controlar la tarjeta SUBE junto a Schiavi.
La semana pasada se supo que la funcionaria había designado a su hermana, Leonor Turco, para que se hiciera cargo de las refacciones de la sede del organismo que dirige, ubicado en Julio Argentino Roca 636, y que gastó más de 2,5 millones, sobre todo en sillas de línea italiana y muebles de diseño, incluso sobrevaluadas respecto de su precio en el mercado.
Según la información revelada por La Nación, las irregularidades no sólo están en el sobreprecio, sino que además la Secretaría de Transporte invitó a cuatro empresas para que compitieran con Tecno, la firma que ganó los concursos, y ninguna de ellas estaba inscriptas en el Registro Nacional de Proveedores del Estado. Además, dos de las sociedades no existían.
Por ello, el fiscal Carlos Stornelli comenzó una investigación preliminar para determinar la responsabilidad de los funcionarios en los cuatro concursos de precios para comprar muebles para equipar la dependencia pública.
El fiscal ya empezó a tomar declaraciones testimoniales para determinar la existencia de irregularidades, como la falsificación de firmas y sobreprecios en las contrataciones. Y también buscará responsabilidades en el Banco Mundial, organismo que financió las reformas y que también financió la supervisión de la SUBE.