Ahora, la Justicia pone la lupa sobre un mail que podría devorar la carrera del teniente general, embarrar al ministro de Justicia, Aníbal Fernández, y salpicar la ya manchada recolección de fondos de la campaña presidencial de Cristina Fernández de Kirchner. Lo extraño es que el correo electrónico fue aportado a la investigación judicial por el Ministerio de Defensa, Nilda Garré.
Durante la tarde del jueves, el fiscal federal Eduardo Taiano terminó de poner el moño en un extenso requerimiento de instrucción de 122 páginas. Entre otras medidas de prueba, la fiscalía abre el camino para más de media docena de testimoniales, la indagatoria a 101 imputados, entre militares y civiles, y pide que se investigue el origen de un misterioso correo electrónico que, entre otras cosas, dice que “en relación a los fondos destinados a las elecciones del año anterior”, el coronel Néstor Korbs “habría hecho lo imposible para que fueran manejados por el coronel Alul, con asiento en el Estado Mayor Conjunto (EMCO), y que habría tenido lugar un desfalco del orden de los 400 mil dólares, entregados por Alul a Korbs.
Los oficiales que manejaban los distritos electorales habrían tenido que aportar para llegar a la suma dicha anteriormente”.
Un mail para el general K. La columna vertebral del escrito del fiscal intenta demostrar que dentro de las filas del Ejército había una asociación ilícita dedicada a armar y digitar licitaciones. Pero una de las costillas del requerimiento hace luces sobre Bendini.
El jefe del Ejército podría quedar atrapado en su propio laberinto y la ministra de Defensa estaría dispuesta a cerrarle la única puerta de salida. Este dato no sólo se respira en los últimos pisos del Edificio Libertador, sino que queda demostrado con la información que aportó en las últimas semanas el Ministerio de Defensa a la Justicia, y que se puede leer en el pedido de instrucción del fiscal Taiano.
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