La actriz Irma Roy vive en el mismo departamento de Recoleta donde irrumpieron dos veces, en 1976 y 1977, para detener y secuestrar a su ex marido, Osvaldo Papaleo. Hoy, el tramo más duro de su historia familiar volvió al centro de la escena después de que su cuñada Lidia, viuda del empresario David Graiver, denunciara que los dueños de los diarios Clarín, La Nación y La Razón, en complicidad con la dictadura, la coaccionaron para ceder acciones de Papel Prensa.
—¿Qué recuerda de cuando se llevaron a su marido, en abril de 1977?
—Vinieron a buscarlo acá. Había dos amigos con nosotros. Nos habían advertido que lo iban a levantar.
—¿Quién?
—Lo sabía por Rogelio Frigerio abuelo, que era amigo mío. Había salido una nota en la revista Somos que decía que Papaleo le había presentado un montonero a Dudi Graiver, lo cual no era verdad. Entonces entraron, nos pusieron contra la pared, con una ametralleta en la nuca a cada uno. El se paró en la puerta y me dijo: “Me llevan no sé a dónde. Pase lo que pase, quiero que sepas que te amo”. Y yo instintivamente me di vuelta y vi al tipo que se lo llevaba.
—¿Quién era?
—Después supe que era (Miguel) Etchecolatz. Era la policía de Camps.
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