Es uno de los hombres fuertes de La Cámpora. Maneja la política del Gobierno con los jueces. Pero no sólo eso: Julián Alvarez es candidato a intendente de Lanús y allí, según pudo comprobar PERFIL, mantiene una virtual intervención del municipio para que las obras sirvan de base para su postulación.
De hecho, el intendente, Darío Díaz Pérez, permitió que el camporista utilice camiones para destapar sumideros y ductos de agua, camionetas de la intendencia y personal, para que realice actividades proselitistas mezcladas con su gestión. Díaz Pérez abrió su intendencia al ingreso de dirigentes vinculados a La Cámpora y, a partir de ello, contribuye con la campaña del Frente para la Victoria con los recursos municipales. Además, las camionetas municipales trabajan para colgar –y descolgar– carteles de los candidatos del distrito.
Hoy Alvarez divide su función entre su cargo de secretario de Justicia, por el cual mantiene el control del Consejo de la Magistratura, y su militancia en Lanús. Tras las PASO, en las que ganó por un margen de apenas seis puntos sobre Cambiemos, está en la búsqueda del voto del massista Nicolás Russo, quien viene sufriendo la sangría de dirigentes. A diferencia de otros camporistas, Alvarez es de los pocos que jugó fuerte en la arena política del conurbano bonaerense y, acaso por ello, logró desplazar al intendente local de su reelección.
Julián al poder. Paralelamente, el secretario de Justicia se sigue moviendo fuerte en la Provincia: colocó a su mujer, la abogada Hilda Lynn, como postulante a jueza en el Fuero Contencioso Administrativo Civil y Comercial. Según la postulación 7.908, la mujer del candidato podría recaer en un nuevo juzgado que creó Daniel Scioli con un detalle menor: Lynn, quien no contaría con los antecedentes necesarios, podría revisar casos judiciales o amparos que caigan sobre el futuro intendente de Lanús.