En su reportaje de despedida como presidente, Néstor Kirchner insistió anoche en que el caso Skanska "es un acto de corrupción privada" y defendió la actitud de su gobierno en ese tema al afirmar que a los funcionarios involucrados "rápidamente les pedí la renuncia para preservar la integridad del Estado".
Kirchner, que recibió a los periodistas Marcelo Bonelli y Gustavo Sylvestre, conductores de "A dos voces" que se emite por el canal TN, aseguró que su gestión se caracterizó por "luchar contra la injusticia social y la corrupción y por la defensa de los derechos humanos para que no haya impunidad en la Argentina".
Entre los muchos temas que tocó, el Presidente se refirió también al caso de la bolsa con dinero encontrada en el despacho de la ex ministra de Economía Felisa Miceli (una primicia del Diario Perfil) y al episodio del ciudadano venezolano Antonini Wilson que pretendió introducir al país una valija con 800 mil dólares.
"En el tema Skanska la Justicia citó a determinados funcionarios y ni siquiera hay uno solo que esté procesado, pero rápidamente les pedí la renuncia para dejar en claro que nosotros preservamos la integridad del Estado", dijo kirchner.
Destacó que "la justicia dirá con sus investigaciones si realmente esto existió o no", señaló que espera que "diga que no" pero insistió en una curiosa versión: "El caso de Skanka fue un acto de corrupción privada como lo dije permanentemente y si se llega a demostrar lo contrario, bueno, perfecto".
Sobre ese caso, el ex gerente de Nación Fideicomisos Néstor Ulloa mantuvo 77 contactos telefónicos con un ex gerente de Skanska sospechado de introducir las facturas falsas de la sociedad fantasma Infiniti Group en el proyecto de ampliación del Gasoducto del Norte, relación que se develó tras un peritaje de la Gendarmería, en la causa en que se investigan coimas y sobreprecios. Además la propia empresa admitió pagos irregulares.
En ese sentido, Kirchner aseguró que "no necesariamente una conversación por teléfono puede ser un acto de corrupción, pero si así fuese, los funcionarios están separados del gobierno y terminamos sin que ellos estén dentro del Gobierno".
Se quejó de las denuncias públicas de la oposición sobre presuntos casos de corrupción en su gestión y las consideró "un absurdo, porque no se puede hablar en forma generalizada; es un acto de irresponsabilidad total y absoluta".
"Cuando uno conoce un acto de corrupción lo que tiene que hacer es denunciarlo con pruebas en la Justicia, porque si no ensuciar a la gente es muy fácil. Cuando yo conozco un acto de corrupción, voy y lo denuncio", enfatizó.
Volviendo a la bolsa con dinero de Felisa Miceli, el Presidente señaló que la ex ministra de Economía "es una persona a la que le tengo afectos personales y espero que pueda demostrar ante la sociedad con claridad cómo fue ese tema".
"Ella por haber sido ministra tiene muchísimo más obligaciones que cualquier ciudadano común en estos temas. Yo espero que pueda, con toda claridad, dejar en claro las posturas ante la Justicia y que me explicó a mí en privado", subrayó.
Respecto al caso del venezolano Antonini Wilson, que pretendió introducir una valija con 800 mil dólares, Kirchner señaló que "eso lamentablemente fue una actitud de confianza que no debió haber tenido el funcionario argentino", en esa ocasión Claudio Uberti, despedido poco después y luego encargado de reunir los avales de la campaña electoral K en Santa Cruz. Justamente esta última función también generó polémicas, porque muchos santacruceños denunciaron que sus firmas habían sido falsificadas.
"El funcionario tendría que haber tenido las antenas preparadas, porque no se puede subir cualquiera al avión. Como tal no está procesado, pero fue un abuso total de confianza. Nosotros procedimos rápidamente separando al funcionario del gobierno", argumentó.
Añadió que "por supuesto que hablé con el presidente (de Venezuela) Hugo Chávez y es absurdo que alguien que haya trabajado con él hubiera amparado una maniobra de este tipo".
"En el lugar que ocupamos nosotros, tenemos que tener desconfianza, más desconfianza, más desconfianza y seguridad. No se puede subir cualquiera al avión con nosotros. Fue un error y un exceso de confianza. Uno tiene que vivir con las antenas despiertas", advirtió.
Por otra parte, Kirchner señaló que "estamos en las puertas de un país normal", y destacó que le espera "una gran tarea, aunque muy difícil" a la futura mandataria, su esposa Cristina Fernández, que asumirá el Gobierno el lunes próximo.
Repitiendo los argumentos de sus presentaciones públicas, Kirchner defendió sus cuatro años de gobierno afirmando "hemos avanzado mucho, se recuperó la confianza, la inversión en investigación, el crecimiento del consumo y el crecimiento global de la economía".
" Terminamos con un flagelo que durante décadas afectó al pueblo argentino, con decisiones que se tomaron en la Argentina y no en Washington. Eso fue terminar con toda una etapa, con todo un tiempo", enfatizó acerca del pago de la deuda al FMI.
Además, el presidente afirmó que el tema de la seguridad va a mostrar "un mejoramiento paulatino" en los próximos años, pero afirmó que no se supera "con voluntarismo ni mano durísima, como piden algunos".
Respecto de la relación de su gobierno con la Iglesia, negó que haya sido "tan conflictiva", y señaló que el cardenal Jorge Bergoglio, "tiene las puertas abiertas" de la Casa Rosada.
Fuente: DyN