POLITICA
la madre de todas las batallas

Kirchner y De Narváez se disputan los intendentes

Néstor habilitó las "colectoras", pero sólo logró el enojo de los caciques. Desde el PJ disidente, piden corte de boleta. Las últimas encuestas.

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| Cedoc

Con más de 10 millones de votantes habilitados, la provincia de Buenos Aires sigue siendo el principal distrito electoral. Cualquier candidato que aspire a vencer en "la madre de todas las batallas" debe contar con el apoyo de los intendentes, que suelen tener una alta imagen positiva y gran inserción territorial.

Por eso, el peronismo disidente salió a seducir a los jefes comunales para que promuevan el corte de boleta en favor de la candidatura de De Narváez y Solá, aprovechando que muchos de ellos están enojados con el gobierno porque Kirchner habilitó la competencia de las llamadas "listas colectoras".

Se denomina así a las dos o más boletas que llevan las mismas listas nacionales (en este caso, encabezadas por Kirchner y Scioli) pero con distintos candidatos para legisladores provinciales y concejales. Así se evita la competencia en elecciones internas, se permite participar a todos los candidatos, y la fórmula nacional puede conseguir más votos por la multiplicación de sus nombres en boletas distintas.

Muchos intendentes debieron competir bajo esta modalidad en las elecciones de 2007; pocos quieren volver a arriesgarse a perder terreno, y no lo permitieron. Sin embargo, las colectoras aparecieron en varios distritos: en Vicente López, el radical kirchnerista Enrique García, a pesar de su amplio apoyo al Gobierno, enfrentará la candidatura testimonial del diputado Guido Lorenzino, que encabeza la lista del PJ y tiene el apoyo de Scioli.

Lo mismo ocurre en San Martín: el vecinalista Ricardo Ivoskus disputará los votos con Graciela Camaño, esposa de Luis Barrionuevo y jefa del PJ local, quien a pesar de estar cerca del peronismo disidente es apoyada por el kirchnerismo.

También habrá colectoras en Marcos Paz y San Miguel, según infomó el diario Ámbito Financiero. Por su parte, Kirchner habilitó la competencia en San Isidro para debilitar a su ex aliado, el radical Gustavo Posse, y en Morón, territorio principal de Martín Sabbatella en su carrera a diputado nacional.

Conscientes de que esta realidad enoja a muchos intendentes, el eje Unión - Pro del peronismo disidente aspira a seducirlos para que promuevan el corte de boleta. Quieren que en los municipios sólo repartan la boleta de concejales en lugar de la lista completa, según el diario Clarín, y así restarle votos al kirchnerismo.

No es la primera vez que De Narváez le apunta a los intendentes: al pedirles que pongan "el cuerpo y el nombre" en las listas testimoniales para concejales, Kirchner evitó que los jefes comunales jueguen a dos puntas y ubiquen a sus candidatos en ambas listas, como algunos ya estaban negociando.

"Yo sigo conversando con intendentes y ellos saben que para que les vaya bien en 2011 no pueden quedar pegados a Kirchner", explicó De Narváez a Clarín. El peronismo disidente argumenta que la imágen del ex Presidente está en baja, mientras muchos intendentes mantienen su popularidad.

Las últimas encuestas otorgan una ventaja de tres a cinco puntos de Kirchner sobre De Narváez. En Unión PRO esperan a que Néstor pierda más terreno en los sondeos para seguir seduciendo a los intendentes y lograr su apoyo.