La Cámpora tuvo su bautismo de fuego el 14 de septiembre de 2010. Fue durante el acto del Luna Park que les pidió Néstor Kirchner en señal de unidad de la juventud. Kirchner venía de una reciente internación y no habló durante el mitín partidario.
En menos de un año, los camporistas tuvieron un ascenso privilegiado, bendecidos por Máximo Kirchner y por la Presidenta, que vio en ellos la oportunidad de iniciar lo que considera un recambio generacional.
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Con la muerte de Néstor y la juventud cautivada por el legado del pingüino, La Cámpora tomó mucho más vuelo.
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