POLITICA
investigación del Programa Lupa

La Ciudad compró el mismo modelo de barbijo con precios entre $ 30,24 y $ 108

El gobierno porteño autorizó ocho compras de 15 millones de barbijos tricapa por US$ 11 millones. Dos proveedores adjudicados con más de la mitad del monto no entregaron a tiempo.

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Barbijos. Las firmas responsabilizaron a sus proveedores. | cedoc

Entre el 30 marzo y el 5 de junio, la Ciudad de Buenos Aires autorizó al menos ocho compras de mascarillas médicas –que están formadas como mínimo por tres capas de tela, permiten respirar con facilidad y son de un solo uso, según la Organización Mundial de la Salud– con precios muy diferentes pese a tener las mismas características. En total, se destinaron $ 713.472.200 (US$ 11.087.224) por 15.170.000 de estos tapabocas, pero dos de los proveedores, a quienes se les había adjudicado de forma directa más de US$ 6,2 millones, no pudieron entregarlos a tiempo y sus contratos fueron rescindidos.  

El Programa Lupa, que integra PERFIL, analizó estas ocho contrataciones y halló que el mismo tipo de barbijo fue adquirido por un precio unitario de entre $ 30,24 y $108, entre US$0,46 y US$1,60, al valor del dólar oficial del momento de cada compra.

Las compañías contratadas son de diversos rubros, desde informática hasta insumos médicos. Los precios más altos corresponden a empresas intermediarias que no fabrican el insumo. Algunas de ellas nunca habían comercializado barbijos, según explicaron, y lo hicieron para “reinventarse” ante la caída de ventas de sus productos o servicios originales. Todas fueron convocadas de manera directa por los funcionarios a cargo de las compras o “intermediarios” que oficiaron como nexos entre el Estado y las compañías, informaron en las empresas consultadas.

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Respecto a los diferentes montos pagados por un mismo tipo de producto, el Ministerio de Salud de la Ciudad de Buenos Aires respondió que al inicio de la pandemia había mucha dificultad para conseguir precios de referencia frente a la alta demanda de estos insumos. Además, las fábricas no se comprometían a la entrega y el mercado argentino no estaba preparado para semejante demanda, por lo que “fue necesario acudir a empresas intermediarias” que podían proveer de estos equipos de protección.

Dimex y Norinco (China North Industries Corporation) fueron los proveedores más económicos para la Ciudad de Buenos Aires. El primero es una marca fabricada en el país y el segundo es una empresa china que importa varios insumos de su país.

El 6 de abril, el gobierno porteño le compró a Dimex 3.400.000 barbijos a US$0,52 ($35) cada uno, mientras que los tapabocas chinos de Norinco costaron US$0,46 ($40,24) la unidad. En el caso de la empresa china, se adquirieron 5.000.000 por un total US$2.300.319, de acuerdo a la resolución del 31 de marzo que publicó El Observatorio del Derecho de la Ciudad, una organización social independiente que viene advirtiendo sobre las diferencias de precios de los barbijos.

Hasta el momento, el barbijo tricapa más costoso fue el adquirido a Grupo DVU SAS, una empresa del rubro de la construcción, que ofertó US$1,60 ($108) la unidad. Se le adjudicaron 210.000 mascarillas tricapa mediante dos compras directas en abril y junio. El Programa Lupa y PERFIL intentaron contactarse con la compañía, pero esta no tiene página web y no publica sus teléfonos en guía.

También se contrataron a tres compañías con otra modalidad de adquisición: la compra directa y abierta. El 13 de mayo se contrató a Storing Insumos Médicos para proveer 175.000 barbijos tricapa a US$0,70 la unidad ($49,97); es decir, a la mitad del valor que se pagó a Grupo DVU SAS. Lo mismo sucedió con la empresa Ultraline a la que se le adjudicó la compra de 325.000 barbijos tricapa a US$0,74 ($52,09) durante el mismo período.

 

Dos adquisiciones directas que terminaron mal

Hubo dos compras directas por un total de US$6.258.642, más de la mitad del monto destinado a barbijos tricapa, que debieron ser rescindidas, informó el gobierno porteño. Detrás de estas adquisiciones frustradas están las empresas de informática E-ZAY y Amicibro.

El 30 de marzo, la Ciudad adjudicó a E-ZAY de forma directa una compra por 5.000.000 de barbijos tricapa a US$ 1,02 la unidad (ARS 68). El contrato total equivalía a más de US$ 5,1 millones. El 2 de abril transfirió a la compañía un adelanto de US$ 2.441.353 (ARS 162.350.000), pero los insumos no fueron entregados en tiempo y forma. La transacción terminó en una causa judicial por presunto fraude que investiga el fiscal Maximiliano Vence.

La compañía denunció en otro expediente a su propio proveedor por supuesta estafa, ya que le acusa de haber sido el responsable de la falta de entrega del insumo. E-ZAY informó que entregó alrededor de 2.500.000 de barbijos tricapa, que cubre el monto abonado como adelanto por parte de Ciudad.

En el caso de Amicibro, esta había ganado la compulsa de precios ofreciendo cada barbijo tricapa a US$ 1,15 (ARS 77). El contrato era por US$ 1.152.004. La cartera de Salud explicó que rescindió la compra que le adjudicó el 3 de abril porque el proveedor, que debía entregar 1.000.000 de barbijos tricapa, “no podía cumplir con los plazos acordados en la orden de compra”. En este caso no pagaron por adelantado. Amicibro no publica sus números telefónicos, no figura en guía y hasta el cierre de esta edición no respondió a la consulta vía e-mail.

El Ministerio de Salud de la Ciudad explica de forma general cuáles han sido las variables tomadas en cuenta para elegir a los oferentes de los barbijos.

Se menciona, por ejemplo, que el insumo ofertado cumpla con los requerimientos técnicos, que esté aprobado por la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (Anmat) y que tenga trazabilidad (lote de fabricación, fecha).

En cuanto al oferente se indica que debe reunir los requisitos que lo cataloguen como apto para ser contratado por el Estado, como, por ejemplo, que esté inscripto como contribuyente de IVA e ingresos brutos y que tenga un objeto social que le permita comercializar esos bienes.

*Esta investigación forma parte del Programa Lupa, liderado por la plataforma digital colaborativa Salud con Lupa, con el apoyo del Centro Internacional para Periodistas (ICFJ).