La pelea por convertirse en
el segundo bloque en importancia en Diputados atravesó hoy el interior de
la Coalición Cívica y la UCR, en el inicio de una pulseada que tiene como
trasfondo, entre otros aspectos,
definir el partido que controlará al gobierno desde la Auditoría General de la Nación.
La flamante
Coalición Cívica de Elisa Carrió es uno de los sectores en pugna,
y ya presenta problemas para disciplinar y sumar legisladores para consolidarse como la
"primera minoría". La resistencia se concentra en un grupo de diputados del ARI, cada vez
más críticos del accionar de Lilita y que plantean mantener un
"bloque autónomo". De acuerdo con fuentes partidarias, los diputados más críticos
serían
el actual jefe de bloque Eduardo Macaluse y la especialista en temas previsionales María
América González, además del titular del ARI bonaerense,
Carlos Raimundi, aunque con matices.
Ahora, los
"rebeldes" enfrentan las embestidas de Carrió para conformar un bloque de la
Coalición Cívica presidido por un incondicional como el bonaerense Adrián Pérez.
"Hoy, Carrió estuvo presionando a los integrantes del bloque e incluso ofreció cargos
futuros para doblegar las voluntades: el clientelismo más puro", se quejó uno de los
legisladores consultados por esta agencia, y apuntó que
"queremos mantener la autonomía del ARI de las decisiones externas que pueda tomar Carrió.
Ella se fue del partido", recordó.
El grupo no descarta conformar un
interbloque con la Coalición Cívica, pero a la vez argumenta que en una situación
similar están los socialistas, quienes mantendrían su bloque independiente. En los hechos, al tener
bloques independientes, los partidos además de garantizarse cierta autonomía política
acceden a un mayor número de nombramientos de asesores y de personal.
Desde el Partido Socialista, socio político de Carrió en las últimas elecciones, se
aclaró que
"el PS no integra la Coalición Cívica, fue en la fórmula, pero mantendrá su bloque
independiente y Lilita debería resolver primero su problema interno".
La otra duda es la posición que tendrán los llamados
"margaritos", los radicales que acompañaron a Carrió con la postulación de
Margarita Stolbizer a la gobernación bonaerense. El lunes pasado, interesados
voceros del radicalismo oficial y lavagnista se ocuparon en hacer trascender
la existencia de contactos con los radicales M para integrar un bloque de "boinas
blancas", versión que la propia Stolbizer se encargó de descartar el mismo día. Una fuente
cercana a la ex legisladora dijo a DyN en el mismo sentido que
"es casi imposible que los tres diputados de la provincia de Buenos Aires vayan a un bloque
de la UCR" y agregó que antes
"(Leopoldo) Moreau debe hacer una autocrítica, y no creemos que la haga". Además
recordaron que mañana
"Margarita se suma a la mesa directiva de la Coalición Cívica".
Desde el kirchnerismo, en tanto, miran con interés el juego de los radicales y
recuerdan que durante todo este período, y en la campaña electoral, los radicales K permanecieron
dentro del bloque de la UCR, lo que demuestra que no hubo tantos pruritos a la hora de mantener
ciertos lazos
y que el tema de los nombramientos fue resuelto sin conflicto.
Aunque en la conducción del bloque Frente Para la Victoria-PJ se especula con la posibilidad
de tener un
"megabloque Concertación Plural", también se aclaró que, si esa idea se trunca, se
puede avanzar con bloques propios FPV y radicales K, pero advierten que esperan que
"los radicales blanqueen su situación" en relación con el kirchnerismo.
El tema es que, si Carrió no consigue mantener en un bloque único al ARI y a los
socialistas, quedará lejos de ubicar a su agrupación como la segunda minoría, y la cantidad de 35
diputados con los que pensaba contar en realidad sería menor.
Esa posibilidad
la dejaría lejos de contar con respaldo para nombrar a un representante de la Coalición en
la Auditoria General de la Nación.
Fuente: Dyn