Héctor Timerman y Elisa Carrió trabajaron juntos en 2001 y él llegó a ser candidato a diputado nacional del ARI para defender el proyecto de Lilita. Era un romance político perfecto, pero en 2003 se terminó. Ese año, el progresismo de Néstor Kirchner sedujo tanto a Timerman que lo empujó a abandonar a Carrió. Fue nombrado cónsul en Nueva York y nunca más hablaron. Hoy se detestan, pero algo los sigue uniendo: su gusto por los anteojos de marcos llamativos.
Canciller fashion. Hace pocos meses, cuando Timerman asumió como Canciller en reemplazo de Jorge Taiana, su imagen se hizo más conocida. Las mujeres comenzaron a abordarlo por Twitter con preguntas sobre su look, y le preguntaban sobre todo por sus anteojos azules (ver fotos), que tanto llamaron la atención. Él les respondió orgulloso por la red social. "Gracias, los compré en Washington".
¿Cómo es posible que el funcionario le dé tanta importancia a un accesorio? No parece ser el perfil de los que siempre van detrás de la moda. " Los anteojos se convirtieron en un elemento de diseño, de lujo, de pertenencia", explica a Perfil.com el diseñador Benito Fernández, que usa anteojos y no quiso operarse por el simple hecho de que le gusta usarlos.
Tanto Timerman como Carrió cambian sus gafas de acuerdo a la ocasión y revisando el archivo, en apenas cinco minutos, se pueden encontrar diversos pares de anteojos con distintos marcos, modelos y características. "Los lentes empiezan a ser diferenciadores, se usan para sentirse distintos, ya no por un tema de visión", opina el empresario fashion Ricky Sarkany.
¿La obsesión por los lentes responde a un rasgo esnob de la personalidad del canciller? Lo cierto es que es una cuestión global, según explica un entendido: " Tiene que ver con un tema de pertenecer y en el segmento se está trabajando muchísimo en cuanto a diferenciación. En todo el mundo, marcas como Tom Ford, tienen apliques de madera y otras, incrustaciones de materiales preciosos”, cuenta Sarkany.
El tema parece no reconocer fronteras geográficas, ni de género. Cuando los televidentes ya se han acostumbrado al arsenal de marcos de la opositora Carrió, apareció Timerman. Y tal vez sea la única conexión que le queda con la diputada chaqueña. Pero Timerman no es una excepción. Sebastián Rossi, gerente de marketing de la línea de gafas de Teresa Calandra revela: "El hombre es mucho más coqueto de lo que imaginamos y a través de los lentes busca tener una impronta determinada".