En una entrevista extensa, de tres horas de duración, transmitida en el programa de streaming "La Misa" conducido por el militante libertario conocido como el Gordo Dan, Javier Milei exhibió su faceta más personal y visceral. Sin medias tintas, el Presidente arremetió contra quien fuera una de las piezas clave de su administración: su primer jefe de Gabinete, Nicolás Posse.
Milei no escatimó en adjetivos al referirse a Posse. Lo acusó de haber ralentizado al Gobierno al adoptar, según él, una postura de "superministro" que contradeciría el espíritu original de su gestión. Pero no se limitó a eso. En una afirmación que no pasó inadvertida, insinuó que Posse "le hizo la cama" a Guillermo Ferraro, el exministro de Infraestructura que protagonizó la primera baja en el Gabinete libertario.
La dureza de Milei fue particularmente llamativa por el contexto. Posse había sido una figura central dentro del núcleo de poder del Presidente, compartiendo la "mesa chica" junto con Karina Milei y el asesor Santiago Caputo. Ahora, en el aniversario de su asunción, el mandatario revisó ese vínculo con una mirada implacable. “Cuando arrancamos, hacíamos reuniones de tres horas; después, con la salida de Posse y la llegada de Guillermo Francos, ganamos en agilidad”, disparó, marcando el contraste entre el pasado y el presente.
El ataque no terminó allí. En un tono pausado, casi estudiado, Milei señaló que Posse había contribuido a la caída de Ferraro, quien falleció en diciembre pasado. “Mi reconocimiento a Guillermo Ferraro... Posse le hizo la cama y luego decía que no lo iba a echar. A veces el poder marea”, reflexionó el Presidente, como quien busca redimirse de un error del pasado.
La figura de Ferraro, que apenas duró 45 días al frente de Obras Públicas, Transporte y Comunicaciones, adquirió un nuevo brillo en las palabras del mandatario. Al momento de su salida, los trascendidos indicaban que había sido acusado de filtrar información de reuniones de Gabinete, una versión que ahora Milei parece cuestionar. "En ese momento no tenía toda la información...", señaló en un gesto de autocrítica tardía.
Cuando Ferraro falleció, el Gobierno emitió un comunicado inusualmente cálido, describiéndolo como un defensor de la Ley Bases y como un actor clave en la coordinación electoral de La Libertad Avanza. Ese reconocimiento público contrasta ahora con la revisión crítica de Milei sobre su salida del Gabinete, una decisión que hoy parece mirar con otros ojos.
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Pero si Milei mostró matices en su revisión del caso Ferraro, no tuvo reparos en despacharse contra Florencia Misrahi, quien estuvo al frente del organismo que reemplazó a la AFIP. Su calificación fue directa y brutal: “Patada en el orto”, afirmó, sin siquiera mencionarla por su nombre.
El motivo de su enojo radica en una decisión de Misrahi que, según Milei, contravenía una de sus promesas de campaña: no crear nuevos impuestos. La funcionaria había impulsado un gravamen que afectaba a streamers, youtubers y empresas tecnológicas como Mercado Libre y Despegar. El Presidente fue tajante: “Más claro imposible. Saqué la parte que subía del impuesto PAÍS en septiembre. Esa suba fue transitoria. Es la primera vez que se elimina un impuesto en Argentina. Mirá si no le estamos devolviendo guita a la gente”, subrayó.
La caída de Misrahi también forma parte de las primeras tensiones en el Gabinete libertario, marcando un estilo de liderazgo donde las promesas de campaña se han transformado en límites infranqueables.
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La máquina de Milei: entre el show y la confrontación
La entrevista con el Gordo Dan no fue solo un ajuste de cuentas. Milei también aprovechó el espacio para mostrarse en un formato que combina lo performático con lo ideológico. Le regaló al conductor un busto con su propia figura, cantó ópera, reveló su fotofobia y se dejó envolver por un marco de música gregoriana que coronó un encuentro fuera de lo común.
Pero también hubo tiempo para confrontar a la prensa, a la que atacó con su característica vehemencia. “Los periodistas son bastante brutos. La función del periodista es informar, pero muchos se enamoraron de los editorialistas y su opinión no vale un porongo”, lanzó, fiel a su estilo combativo.
En contraste, defendió al Gordo Dan, a quien describió como una víctima de descontextualizaciones y ataques injustos. “Los que te estuvieron persiguiendo son basura. Hubo un estúpido que te comparó con la represión de los '70. Dale, tenés que estar enfermo para hacer eso”, concluyó
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