Karina Rabolini estaba entre furiosa y asustada: "Tenés que tomarlo más en serio esto, te amenzaron de muerte. ¡Y parece que vos no le das mucha importancia!". Daniel Scioli siguió masticando su porción de pastafrola.
Como al pasar, con tono casual acababa de contarle a ella que unos días antes, el jueves 29 de enero, alguien había llamado a la Secretaría Genearl de la Gobernación de Buenos Aires para hacerle llegar un mensaje anónimo y escalofriante:
"Decile al manco de mierda que lo vamos a matar". La que escuchó la amenaza fue una de las secretarias privadas, Susana, y recién a la semana siguiente se enteró Scioli.
Su hermano "Pepe", el secretario general de la Gobernación, le contó la novedad el lunes 2 de febrero. "No te dije nada antes porque no quería amargarte el fin de semana", se excusó.