Carlos Marriera, el joven tucumano que murió ayer en Plaza de Mayo horas antes del acto, había llegado con una promesa: al volver a su provincia tendría un trabajo asegurado. Eso nunca ocurrió; un farol cayó sobre su cabeza, lo mató y al mismo tiempo desnudó que el clientelismo sigue intacto, más aún en las provincias, según había denunciado un compañero de la víctima.
Sin embargo, la diputada Beatriz Rojkés -vicepresidenta tercera del PJ y esposa del gobernador tucumano José Alperovich- negó la denuncia y dijo que a Marreira nadie le habia ofrecido trabajo a cambio de su participación en Plaza de Mayo. "Esto no es así", afirmó en declaraciones a Radio Belgrano.
En su particular descargo, Rojkés sostuvo que "acá desmentir o no, es lo mismo, porque una vez que ha sido escrito, ya ha sido publicado, siempre va a quedar la duda. Acá (por los actos) vienen quienes quieren" y agregó que "sí se les paga el viático, la comida que se le da a cada uno. Es una gran parte de lo que es la democracia".
Los militantes tucumanos coparon desde temprano la Plaza de Mayo. Podía distinguírselos a los lejos por sus gorritas blancas y sus carteles que decían C. Kirchner. Alperovich. Tucumán. Para la diputada fueron movidos por la "ilusión" y "esperanza", sentimientos "que no se pueden degradar por cien pesos o doscientos pesos", aseveró.
"Y los muchachos -prosiguió- decían 'hemos venido porque queríamos ver de cerca a la Presidenta, porque apoyamos el gobierno de Alperovich'. Hay mucha contención en el gobierno de la provincia, y esos cien o doscientos pesos, si los necesitan, los pueden tener en otro tipo de cosas. No necesariamente tienen que viajar por la promesa de un trabajo o de cien o doscientos pesos", marcó.
Fuente: DyN