El sábado, un vecino de Vicente López dio la nota al renunciar a los subsidios en su boleta de agua. Escribió una carta a la empresa AySA para que le cobren la factura completa, y se convirtió en noticia en el diario oficialista Tiempo Argentino como “el primer caso en el país” en decirle “no” a los subsidios. Todo tres días después del anuncio K que puso fin a los subsidios a grandes empresas.
Ese hombre, que en las notas que dio se autodefinió como “vecino de clase media-media” y pasó a pagar $500 de agua en lugar de $150, es Raúl Timerman. Su apellido, familiar al poder, no es pura coincidencia, ya que Raúl, de Vicente López, es primo del canciller Héctor Timerman.
Su vínculo con la gestión kirchnerista no acaba ahí. Raúl Timerman fue socio del publicista K Fernando Braga Menéndez. Es más, el primo del canciller fue el hombre que le presentó a Alberto Fernández al verborrágico creativo, que luego conoció al entonces gobernador de Santa Cruz, Néstor Kirchner.
Es decir que Raúl fue el primer eslabón de toda la cadena publicitaria que erigió la figura de Kirchner como presidente de la Nación, allá por 2002. La historia no termina. El hijo de Raúl, Gerónimo, también protagonizó otra noticia favorable al kirchnerismo.
El 20 de octubre de 2004, un sondeo de la consultora KPMG –de la que Gerónimo era uno de los responsables– aseguró que la Argentina K tenía el nivel más bajo de corrupción de los últimos veinte años. Días después, Transparencia Internacional lo contradijo: puso al país en el puesto 108 de 146 en el ranking de corrupción.