En el contexto de la bilateral congelada que impuso Francisco con Mauricio Macri, la Iglesia argentina suma gestos críticos hacia el Gobierno. Con la mirada papal puesta en la situación social (el combo de desempleo, ajuste y crecimiento de la pobreza), los representantes del Episcopado politizaron su agenda: se reunieron con dirigentes gremiales y alzaron la voz sobre la inflación, mientras la Pastoral Social planifica un encuentro con los movimientos populares, incluida la Tupac Amaru de Milagro Sala.
Aunque sin estridencias ni acusaciones explícitas, tal su costumbre, la Iglesia avaló el reclamo de las centrales sindicales contra el Gobierno. “El trabajo es sagrado y la inequidad es una ofensa al creador”, afirmó el director de la Pastoral Social, Jorge Lozano, durante un reciente acto religioso-político en homenaje al Día del Trabajador. Ahí estuvo el secretario general de la CGT, Antonio Caló, y el militante de la CTA, Carlos Custer, a su vez ex embajador en el Vaticano. Semanas atrás, Lozano también había almorzado con Hugo Moyano.
En los últimos días, el arzobispo de Santa Fe y presidente del Episcopado, monseñor José María Arancedo, cambió el tono elíptico de la Iglesia por afirmaciones bastante específicas. “No se podría estar uno o dos años en una inflación creciente. Eso tiene que encontrar una salida y es cuestión de crear empleo, trabajo digno e inversiones”, opinó Arancedo.
En adelante, la Iglesia levantará todavía más su perfil. El Episcopado presentará un documento de 22 carillas, a raíz del Bicentenario y el día de la Virgen de Luján (8 de mayo). Señalarán “problemas actuales y oportunidades a futuro”, según afirmó un vocero de la Iglesia. En concreto, ensayarán un equilibrio entre reproches y guiños propositivos.
Después, tocará la llamada “semana social” de la Iglesia, en Mar del Plata, entre el 21 y el 23 de mayo. Bajo el lema “Necesitamos ser Nación: hay que ponerse la patria al hombro”, se volverá un desfile de sindicalistas, empresarios y políticos, en el que el macrismo no querrá perder capacidad de lobby. Porque pese a que el trabajo es la principal bandera de la actual mini-cruzada eclesiástica, el ministro de Trabajo, Jorge Triaca, es el funcionario con mejor feeling entre los dirigentes del Episcopado.
Para fines de junio, la Iglesia concretará una cita especialmente supervisada por Francisco. Se trata de una reunión de la Pastoral Social con los movimientos sociales: estará la Corriente Clasista y Combativa, la CTEP (un central de trabajadores precarios apadrinada por Francisco) y la Tupac Amaru, entre otros.
Será una continuación del Encuentro de Movimientos Populares, realizado en Bolivia en julio del año pasado. Uno de los organizadores de ese acto fue el asesor de Francisco en el Vaticano, Marcelo Sánchez Sorondo. A más de cien días del encarcelamiento de Milagro Sala, la invitación a la Tupac será leída en clave política.