La Iglesia no oculta su preocupación por los "retoques" que, a su entender, el gobierno hace a los índices oficiales de inflación, pobreza y empleo, que en forma mensual suministra el Instituto Nacional de Estadísticias y Censo (INDEC).
Para los obispos consultados por la agencia de noticias DyN no hay dudas de que las mediciones "están dibujadas", e inclusive se preguntan cuál es el objetivo que persigue la administración de Néstor Kirchner para no hacer pública la medición real de los parámetros económicos del país.
Los hombres de Iglesia aseguran que no se trata de poner otro condimento a la tensa relación entre el Episcopado y la Casa Rosada, sino de una sensación generalizada en la sociedad, que sin embargo no les impide reconocer que hubo mejoras macroeconómicas desde mayo de 2003.
"No soy economista, pero si me preguntan, debo decir que la percepción que tiene la gente es que las cosas aumentan y que la inflación existe. Lamentablemente, me parece, que las cifras que da el INDEC están dibujadas", opinó recientemente monseñor Héctor Villalba, vicepresidente primero del Episcopado.
Los prelados tampoco perciben como un buen antecedente para la credibilidad presidencial, de cara a las elecciones de octubre, el "error administrativo" en las estadísticas en Mendoza, justo en la provincia gobernada por Julio Cobos, compañero de fórmula de la primera dama y senadora Cristiana Fernández.
Allí el dato inflacionario provincial reflejó una variación de un 3,1 por ciento y el INDEC difundió una suba de un 1,5 por ciento, según denunció un organismo mendocino de contralor estadístico.
La inquietud episcopal ya surgió en agosto, cuando en una reunión habitual, los obispos debatieron el tema comparando mediciones oficiales con estadísticas privadas relevadas por la Universidad Católica Argentina, por considerar que las primeras eran "poco cotejables" en la realidad.
Ahora la casa de altos estudios puso un nuevo paño de sombra sobre los guarismos del INDEC, al anunciar que ofrecerá en forma periódica un índice propio de expectativas económicas.
La medición sintetizará las percepciones de los ciudadanos sobre la situación económica, el empleo, los ingresos familiares y la capacidad de compra, con la pretensión -anticiparon sus responsables- de "contribuir a un mayor conocimiento de la realidad económica del país".
Ese relevamiento se llevó a cabo a partir de unas 1.000 entrevistas personales en 26 localidades del país, y se compone de cuatro subíndices: uno que mide la evaluación de los argentinos sobre la situación económica actual, otro que refleja sus opiniones sobre el futuro (próximos seis meses), un tercero que indica las percepciones sobre la compra de bienes durables y un cuarto sobre la situación del empleo.
Los primeros resultados de ese termómetro -a los que DyN tuvo acceso- revelan que hasta mediados del 2006 los argentinos incrementaron en forma sostenida su valoración positiva de la situación del país, pero que las expectativas sobre el futuro no tuvieron el mismo comportamiento y cada vez divergen más las opiniones sobre el presente.
Percepción ciudadana con la que coincidió monseñor Villalba: "Sería de necios no reconocer que hay crecimiento, que la gente tiene más dinero y que se mueve el comercio. Quizás la pobreza haya disminuido, pero no ayudó a mejorar el reparto de los bienes, a bajar la brecha social", advirtió.
