Anoche la presidenta Cristina Fernández de Kirchner volvió a asestarle otro golpe a Julio De Vido: en la cena de camaradería de las Fuerzas Armadas anunció que Fabricaciones militares (FM) construirá vías férreas para el estatizado Belgrano Cargas, pero lo hará bajo la órbita del Ministerio de Defensa de Agustín Rossi.
La decisión de la Presidenta en FM se suma a una incesante pérdida de presupuesto, áreas y cargos clave en el Ministerio de Planificación Federal, cuyo titular no para de debilitarse en las internas del Gabinete. Motivos sobran: a la muerte de Néstor Kirchner -que supuso una reestructuración de los espacios de poder dentro del cristinismo- se sumaron el escándalo de las viviendas sociales en el plan "Sueños compartidos" de la Fundación de las Madres, en junio de 2011, y la tragedia ferroviaria de Once, en febrero de 2012, y el reciente Lázarogate.
Siete años en baja. En 2006, cuando el diario PERFIL destapó el escándalo de Skanska que involucraba a De Vido, su estrecha confianza con Néstor Kirchner le evitó perder posiciones importantes en la Rosada, pese a que, en ese entonces, el entonces presidente le limitó el manejo de concesiones y adjudicaciones de obra pública en marzo de 2007, pocos meses después de que se conocieran las coimas millonarias por la construcción de los gasoductos norte y sur.
En agosto de ese año, las sospechas volvieron a caer en el arquitecto patagónico. Claudio Uberti, titular del Occovi (Planificación Federal) y hombre de máxima confianza de De Vido, ligado a la valija de los US$ 800.000 que declaró como "suya" el venezolano Guido Alejandro Antonini Wilson en Aeroparque. Fue otra 'bala' que picó cerca para el ministro. Lo mismo sucedió con la "embajada paralela" en Venezuela.
Sin embargo, el fallecimiento del expresidente y el procesamiento del entonces secretario de Transporte Ricardo Jaime -funcionario a cargo de De Vido- entre 2009 y 2010 alteraron el tablero en el edificio de Balcarce para el arquitecto que diseñó todas las obras públicas de Néstor Kirchner desde que asumió como gobernador de Santa Cruz en 1991.
Con el escándalo de "Sueños Compartidos" y los hermanos Schoklender, De Vido acusó varios problemas de salud, y hasta se dudó si retendría su cargo en la segunda presidencia de Cristina Fernández. Al final se mantuvo en Planificación, pero con un panorama que se volvió cada vez más sombrío.
Randazzo en la otra vereda. Desde 2010, se desató una interna entre De Vido y el ministro del Interior, Florencio Randazzo: en mayo del año pasado, Randazzo se quedó con el área de Transporte y un presupuesto de $9.500 millones al año. Fue apenas cuatro meses después del accidente en la estación Once. De Vido no fue siquiera fue imputado por el juez Claudio Bonadío, pero la distancia con la Presidenta se agigantó.
Como si fuera poco, De Vido tuvo un "castigo" extra en la Casa Rosada por la tragedia ferroviaria: perdió el manejo de las obras públicas vinculadas al transporte terrestre, aéreo, marítimo o fluvial en agosto de 2012. ¿Quién quedó a cargo? Florencio Randazzo.
Otro ejemplo de la caída de De Vido fue ese mismo mes, cuando la presidenta disolvió por decreto el Organismo Nacional de Administración de Bienes del Estado (ONABE), dependiente de Planificación. En su lugar, creó la Agencia de Administración de Bienes del Estado para la Jefatura de Gabinete de Juan Manuel Abal Medina, otro de los cristinitas que ganó terreno en desmedro de Julio De Vido.
La Cámpora al poder. El crecimiento de La Cámpora también dejó en evidencia cómo De Vido quedó rezagado en las preferencias de la Jefa de Estado. En la propia Fabricaciones Militares -otra caja de $630 millones al año-, Cristina designó como director al camporista Santiago Rodríguez en diciembre de 2011. De Vido le confió en aquel momento al ex ministro castrense, Arturo Puricelli, que a Rodríguez "lo nombró Máximo Kirchner".
En marzo de este año, el ministro de Planificación padeció otro golpe de La Cámpora. La Secretaría de Comunicaciones (Secom) -entonces conducida por un hombre de De Vido- pasó a ser dirigida por el jóven camporista, Norberto Berner (35 años), alfil del diputado "Wado" De Pedro. La estatal Arsat, en tanto, quedó bajo el control de Matías Diego Bianchi Villelli (41 años), militante de confianza del viceministro de Economía, Axel Kicilloff.
Justamente con Kicilloff tuvo De Vido una disputa por la caja de la estatal Enarsa hace sólo dos meses. Esta vez hubo empate: el directorio de la empresa designó a un director por bando, Walter Fagyas para De Vido, y Gastón Ghioni para el viceministro.
(*) De la redacción de Perfil.com.