“El Dueño”, es el último libro de investigación del periodista Luis Majul, una mezcla de biografía no autorizada y radiografía de los negocios y escándalos públicos y privados de Néstor Kirchner y sus funcionarios. Aquí, algunos de sus pasajes imperdibles:
— A mí no me consta que Cristóbal López sea Kirchner — afirmó el ex jefe de Gabinete, Alberto Fernández, cuando alguien que lo conoce bien le vino a plantear esa hipótesis. Para sostenerlo, Fernández le contó la siguiente historia. Obvió el nombre de algunos protagonistas para no comprometerlos. Sucedió en el 2006. Un empresario fue a su despacho y se quejó:
— A mí no me consta que Cristóbal López sea Kirchner — afirmó el ex jefe de Gabinete, Alberto Fernández, cuando alguien que lo conoce bien le vino a plantear esa hipótesis. Para sostenerlo, Fernández le contó la siguiente historia. Obvió el nombre de algunos protagonistas para no comprometerlos. Sucedió en el 2006. Un empresario fue a su despacho y se quejó:
—Acabo de ganar una licitación para instalar un hotel-casino. Pero el gobernador me dijo que lo había llamado (Julio) De Vido y que le había pedido que mandara todo para atrás. Y que tenía que entregárselo a Cristóbal López.
Alberto Fernández habría acotado:
—No entiendo. Si la licitación la ganaste vos...
—Alberto, me lo acaba de decir el gobernador. Si me hubieran avisado que las cosas eran así…
—Vos no tenés que arreglar nada con nadie. Si ganaste la licitación, te la tienen que dar.
El jefe de Gabinete le dijo al empresario que no se moviera de allí. Y enseguida pidió a su secretaria una llamada con el gobernador. El mandatario atendió al jefe de Gabinete enseguida y le habría confirmado la llamada del ministro de Planificación. Entonces Alberto, sin cortar la comunicación, se paró, caminó unos pasos hasta la puerta que separaba su oficina del despacho presidencial, golpeó la puerta y le contó todo al presidente.
El jefe de Gabinete le dijo al empresario que no se moviera de allí. Y enseguida pidió a su secretaria una llamada con el gobernador. El mandatario atendió al jefe de Gabinete enseguida y le habría confirmado la llamada del ministro de Planificación. Entonces Alberto, sin cortar la comunicación, se paró, caminó unos pasos hasta la puerta que separaba su oficina del despacho presidencial, golpeó la puerta y le contó todo al presidente.
—Tengo en el teléfono al gobernador. Quiero saber si vos sabés algo.
—Yo con esto no tengo nada que ver —le habría respondido Kirchner.
—¿No sabías nada de nada?
—Nada de nada. No tengo nada que ver.
—¿Se lo podrías transmitir al gobernador?
Fernández le contó a ese alguien que lo conoce bien que entonces el jefe de Estado habló con el gobernador para garantizarle que él no había dado orden alguna. Algo parecido me contó Felipe Solá cuando le pregunté cuál fue la razón por la que se alejó del kirchnerismo.
—Kirchner me había advertido: no te metás con el juego. Y yo no le hice caso. Por eso le bajó el pulgar a mi intento de reelección. Después se cansó de hacerme operaciones y entonces no se detuvo jamás.
La nota completa, en la última edición de la Revista Noticias .