Mientras un pelotón de abogados trabaja en el Edificio Cóndor para despegar a la Fuerza Aérea de cualquier responsabilidad en el caso del narcoavión que fue detenido en el aeropuerto El Prat, en Barcelona, con casi una tonelada de cocaína, la Justicia no descarta citar como testigo al jefe de la fuerza, el brigadier general Normando Constantino y al director general de Inteligencia, brigadier Rodolfo Centurión. Los investigadores buscarían saber si existió un informe interno que alertaba sobre “movimientos extraños” dentro de la Base Aérea de Morón (BAM).
Antes de llegar a Constantino, según indicaron fuentes allegadas al expediente, llamará a declarar a otros 200 empleados de la base aérea donde estuvo estacionado el avión Challenger 604 que el 2 de enero llegó con 944 kilogramos de cocaína de máxima pureza al aeropuerto de El Prat, en Barcelona. Aunque la causa sigue avanzando, el juez en lo penal económico Rafael Caputo –transitoriamente a cargo del expediente hasta el 18– no resolvería ninguna cuestión de fondo, decisiones que quedarían en manos del juez natural de la causa, Alejandro Catania.
Por el momento, todos los integrantes de la Fuerza Aérea de la base de Morón, que completaron la lista de la primera ronda de testimoniales militares, coincidieron en que el control sobre el avión que fue secuestrado en España era misión de la Administración Nacional de Aviación Civil (Anac), organismo que se encuentra bajo la órbita del Ministerio de Planificación.