El Frente Para la Victoria ganó ocho provincias en las elecciones legislativas y consiguió un millón y medio más de votos que en las PASO. Pero hubo poco para festejar: el oficialismo perdió en distritos clave como la ciudad de Buenos Aires y la provincia, además de la tierra de los Kirchner, Santa Cruz.
El kirchnerismo tuvo más del 33 por ciento en todo el país y consiguió 132 diputados, superando la cifra de 2009. Ganó en Chaco, Entre Ríos, Formosa, Río Negro, La Rioja, San Juan, Tierra del Fuego y Tucumán. En base a esos resultados, buscó ajustar el relato al discurso de "primera fuerza nacional", que repitieron varios candidatos a lo largo de la noche.
Pero perdió por más de 10 puntos contra Sergio Massa en el distrito clave de la provincia de Buenos Aires. Daniel Filmus no logró ingresar como senador en la ciudad. También fue derrotado en Córdoba, Santa De y Mendoza. Y en Santa Cruz consiguió la mitad de los votos que el radicalismo.
Por eso, el clima que se vivió en el búnker porteño del Frente Para la Victoria osciló entre el desánimo por la derrota y la alegría impostada. En el hotel NH Tango hubo más banderas que militantes, muchos funcionarios y poco público (la asistencia no superaba las 500 personas), un catering escaso y canciones forzadas.
Los pocos militantes llegaron después del cierre de los comicios. Le siguieron los funcionarios nacionales, con la esperanza de mejorar la performance de las primarias. Juan Manuel Abal Medina y Óscar Parrilli se instalaron en el piso tres: el jefe de Gabinete era el encargado de transmitirle los resultados a la presidenta Cristina Fernández de Kirchner, de licencia por enfermedad y reposando en Olivos.
Más tarde arribaron Agustín Rossi, Juliana Di Tullio, Ricardo Forster, Fernando "Chino" Navarro, Mercedes Marcó del Pont, Héctor Timerman y Axel Kicillof, entre otros. Finalmente fue el turno de los candidatos derrotados: Juan Cabandié, Daniel Filmus y Martín Insaurralde, acompañado del bonaerense Daniel Scioli.
Después de que el ministro del Interior y Transporte Florencio Randazzo comenzara a anunciar los resultados parciales, a las 21, fue el turno de los discursos. El primero fue Amado Boudou: el presidente en ejercicio felicitó al oficialismo por mantener "la primera fuerza a nivel nacional nuevamente a partir de esta elección".
"Vamos a seguir cuidando los trabajos, seguir pagando las jubilaciones, seguir con las netbooks, vamos a seguir construyendo este sueño colectivo que se llama patria y se llama Argentina", agregó el vice.
Boudou aprovechó la fecha para homenajear a "Néstor Kirchner, el hombre que refundó la Argentina", a tres años de su muerte. Y envió saludos a Cristina: "Los médicos nos dijeron que es una gran paciente y se está preparando para volver con todo", sostuvo.
De ahí en más, los oficialistas se fueron pasando el micrófono de mano en mano y se comunicaron con referentes del interior como el chaqueño Jorge Capitanich, el entrerriano Sergio Uribarri, el tucumano José Alperovich y el rionegrino Miguel Ánguel Pichetto. Entre todos se turnaban para agradecer, celebrar el resultado, saludar a Cristina, homenajear a Néstor y desear la pronta recuperación de José Luis Gioja, el gobernador sanjuanino que sufrió un accidente de helicóptero.
Pero justo cuando le tocaba hablar a Martín Insaurralde comenzó el discurso de Sergio Massa y la mayoría de los canales de TV enfocaron sus cámaras en Tigre. Alrededor de las 11 terminó la ronda del micrófono y comenzó la desconcentración. Los referentes se retiraron cada uno por su lado. Insaurralde salió por la esquina de Cerrito y Lavalle. Atrás suyo, en otro auto, Jésica Cirio, su pareja durante la campaña. La noche había terminado hace rato.
(*) De la redacción de Perfil.com.