La Cámara de Diputados finalmente logró reunir el quórum necesario para sesionar, con 221 legisladores, y la oposición intenta rechazar el decreto de necesidad y urgencia 298 de la presidente Cristina Fernández de Kirchner, que habilita el pago de deuda externa con reservas del Banco Central (BCRA).
La sesión comenzó a las 15.30, con sonoros aplausos tras emitir un dictamen en apoyo del vicegobernador bonaerense Alberto Balestrini, internado en estado de salud delicado por un accidente cerebro-vascular.
El debate por el Fondo de Desendeudamiento se tensó cuando la diputada kirchnerista Diana Conti le respondió al radical Rubén Lanceta y acusó a la oposición de "individualista, egocéntrica y desestabilizadora". "La judicialización de la política no es gratuita y perjudicó a la economía argentina", sostuvo la legisladora.
"Ya el pueblo se va a encargar de hacerles cargo de la angustia que le intentan padecer, pobres si esto es lo que les da felicidad", afirmó Conti, quien luego invocó la figura del ex presidente radical Raúl Alfonsín: "Si don Raúl despertara, moriría de nuevo al ver esto".
En el mismo tono, el jefe del bloque del oficialismo, Agustín Rossi, opinó que "el gobierno abre el canje del default que generaron los mismos que hoy votan contra el canje", por lo cual considerla decisión de la oposición es de "un grado de irresponsabilidad altisimo, pocos veces visto".
Por su parte, el diputado del peronismo disidente Felipe Solá manifestó su apoyo a la derogación del decreto. También sostuvo que "no están en peligro los fondos" para la atención social y destacó que en cambio "lo que sí está en peligro es el gasto discrecional en el margen del presupuesto total" del oficialismo. La titular de la Coalición Cívica, Elisa Carrió, también se sumó al rechazo.
Otro que repudió la medida fue Fernando "Pino" Solanas, de Proyecto Sur, quien criticó al gobierno porque "en lugar de saldar la deuda interna, los excedentes de riqueza salieron del país".
Si bien los números favorecen a la oposición en este debate, el dictamen de Diputados podría quedar sólo como un gesto, ya que los opositores aún no tienen superioridad numérica para aprobar la medida en el Senado, y la ley siempre podría ser vetada por la presidente Cristina Fernández de Kirchner.