En las primarias, el objetivo de los candidatos opositores era pelear por el segundo lugar, con la idea de polarizar con Cristina Kirchner y así intentar entrar en un eventual ballottage. El aplastante triunfo de la Presidenta los obligó a afrontar la elección general con un objetivo mucho más modesto: salvar la ropa.
Ya asumiendo la realidad de que el desempeño de la oposición, en su conjunto, va a ser malo y de que la fórmula kirchnerista le puede llegar a sacar hasta 40 puntos de diferencia al segundo, los candidatos presidenciales de la oposición buscarán quedar lo mejor parados posible.
Hermes Binner, según todas las encuestas, está consolidado en el segundo lugar, aunque sin llegar siquiera al 20 por ciento. El candidato del Frente Amplio Progresista terminó cuarto en las primarias, a tan sólo dos puntos del segundo. Desde ese momento, fue todo crecimiento para el gobernador santafesino.
Distinta suerte corrieron Ricardo Alfonsín y Eduardo Duhalde. Para las primarias se presentaron como los dos candidatos con más chances de quedarse con el segundo lugar y polarizar con Cristina. Sin embargo, no esperaban alcanzar ese espacio con tan solo el 12 por ciento. El radical llega a la elección distanciado de Francisco de Narváez y con varios candidatos a gobernadores y a legisladores haciendo campaña pidiendo el corte de boleta. Salvar la ropa, para él, sería mantener los votos obtenidos en agosto.