La causa por la mafia de los medicamentos, y ahora también por los aportes de campaña electoral, parece una mancha venenosa. Y el veneno tiene nombre y apellido: Néstor Lorenzo. Cada vez que desde el juzgado se filtra una escucha telefónica del contador preso con algún empresario o un político, indefectiblemente este cae en desgracia. Lorenzo nunca habló con la prensa ni de los medicamentos ni de los aportes. Esta era la primera vez que accedía a conversar con un periodista. Lo que sigue es entonces Néstor Lorenzo, rompiendo el silencio, hablando en primera persona sobre el dinero de la campaña y sobre su amigo Héctor Capaccioli.
—Usted y su socio Carlos Torres, a través de Multipharma o personalmente, aportaron casi ochocientos mil pesos a la campaña presidencial del Frente Para la Victoria. ¿De dónde sacaron tanto dinero?
—Le explico. Nosotros éramos proveedores muy importantes de las obras sociales, o del sistema de salud. Pero también estábamos metidos en un proyecto muy interesante con la república de Venezuela para el establecimiento de una planta de biotecnología valuada en veintitrés millones de dólares. Nosotros trabajamos mucho en ese proyecto, invertimos mucho. La realidad es que no terminamos acordando porque nunca me gustó el planteamiento económico final del gobierno de Venezuela: el cincuenta y uno por ciento quedaba para ellos, el cuarenta y nueve para nosotros.
—¿Y eso que tiene que ver con la campaña?
—El Frente para la Victoria era el único partido que de algún modo apoyaba la relación con Chávez en la elección de 2007. Allá por septiembre, octubre, me pide una reunión el doctor Héctor Capaccioli, quien era superintendente de Servicios de Salud.
—¿Le dijo para qué quería reunirse con usted?
—Sí. Me contó que estaba necesitando unos dos millones de pesos para terminar de financiar la campaña.
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