POLITICA

La petrolera de Chávez se llevó hasta el cartel

PDVSA cerró y desmanteló las dos estaciones que quedaban. Fue la compañía que trajo la valija de Antonini en 2007. Imágenes. Galería de fotos

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| Cedoc

Las dos últimas estaciones de expendio de combustible que sobrevivieron a la sociedad entre la estatal argentina Enarsa y Petróleos de Venezuela (Pdvsa) fueron desmanteladas este fin de semana. Se trata del punto final a un fallido intento que los Kirchner y Hugo Chávez hicieron a inicios de 2005 para competir con las grandes petroleras de la región.

 

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La más emblemática de las estaciones estaba situada en la Avenida Libertador y Arias, frente a la ESMA, en el barrio porteño de Nuñez. Integrantes de la ONG Defendamos Buenos Aires fueron testigos (ver galería) de cómo fue desarmada la instalación a las apuradas entre el sábado y el domingo. Según pudieron comprobar, Pdvsa contrató a jovenes que llevaban insignias kirchneristas y éstos incluso insultaron a los miembros de la ONG cuando fotografiaban las instalaciones.

 

“En este acto nace formalmente Enarsa”, dijo el ministro de Planificación Julio De Vido aquel 2 de febrero de 2005, al inaugurar junto al presidente venezolano la primera estación de servicio de la empresa binacional, esa misma sucursal. El funcionario acusado de manejar la "caja K" prometió una inversión de 1.500 millones de dólares -que nunca se cristalizaron- y planificó 600 estaciones en todo el país. En 2008 sólo subsistieron dos cuando Enarsa se divorció de Pdvsa.

 

Justamente, la estatal venezolana pagaba 25.000 dólares por mes de alquiler de esa esquina y al parecer, los números ya no le cerraban. La otra estación que se mantenía en pie estaba localizada en la Autopista Panamericana y Ruta 202.

  

Los motivos del fracaso. La buena relación entre los gobiernos de Néstor Kirchner y Hugo Chávez nunca pudieron transferirse al directorio de la sociedad, donde el ministerio de Planificación de Julio De Vido nunca tuvo una buena sintonía con el presidente de la filial local de PDVSA.

 

Otro factor que influyó fue el escándalo del 'Valijgate'. El maletín con dinero no declarado que introdujo Guido Antonini Wilson a la Argentina en agosto de 2007 se cobró a Daniel Uzcátegui, directivo de la petrolera venezolana en Argentina que tenía una excelente relación con el Poder Ejecutivo.

 

Sin embargo, la marca nunca penetró en el mercado y los precios del combustible tampoco eran competitivos, a pesar de que las naftas estaban fuertemente subvencionados por ambos gobiernos hasta 2008. Luego, Pdvsa se quedó con las dos estaciones de servicio y sólo se dedicó a importar combustible desde Venezuela.