En un año en el que el Congreso de la Nación ha logrado revitarlizarse, debatiendo temas como la resolución 125, Aerolíneas Argentinas y la eliminación del sistema de jubilación privada, un proyecto promete generar por le menos suspicacias en el recinto: la regulación de las aplicaciones de botox, que ha llegado al Senado.
Adorado y muy utilizado en el mundillo de la política y la farándula, los tratamientos estéticos de botox aún no cuentan con un marco que regule la actividad. Es por ello que el senador cordobés Carlos Rossi ha presentado un proyecto para crear un marco regulatorio para la aplicación de la Toxina Botulínica tipo A (Botox) y en su artículo 1º establece que “solo podrá ser realizada por médicos y en establecimientos debidamente habilitados”, informa el sitio Parlamentario.com .
La iniciariva del senador establece que el profesional deberá realizar y archivar los estudios que certifiquen que la paciente no presenta ningún tipo de incompatibilidad entre la toxina y su organismo, donde además deberá adjuntarse una copia del consentimiento informando al paciente sobre riesgos y beneficios de la aplicación del botox.
Sin dudas, habrá más de una voz que se levante no contra la finalidad del proyecto, sino contra el registro de pacientes, ya que tanto hombres como mujeres que recurren al cirujano para una aplicación de botox en busca de un pequeño "refresh" no verán con buenos ojos la creación de un listado con aquellos que se realizaron el tratamiento.
Otros puntos del proyecto. La norma también busca regular la publicidad de los tratamientos. Los anuncios publicitarios deberán contener sin excepción: nombre, apellido y matrícula habilitante del médico. Además, cuando sea un centro de salud, estética, instituto de belleza o spa, deben mencionar el o los médicos matriculados responsables.
El proyecto de Rossi se enmarca en la reciente preocupación que cincunda a la industria de las cirigías plásticas, tras la muerte de una joven madre después de un implante de siliconas en las mamas.
