Los medios norteamericanos fueron los primeros en resaltarlo. La soprano argentina Gabriela Pochinki había quedado demorada por "conducta escandalosa". Pero su versión se escucha diferente.
La historia comenzó el jueves pasado, cuando la artista se preparaba para almorzar en el restaurant de un hotel de Nueva York: "Me suena el teléfono y era quien está organizando la gala homenaje a Michael Jackson. Estaba sentada, hablando excitada; la comida había quedado en un segundo plano cuando la manager del lugar quiso retirarla de la mesa", arrancó explicando Pochinki a Perfil.com.
"Como todavía no había ni empezado a comer, mi mamá - que estaba junto a ella en la mesa - le dice a la mujer que no la lleve pero nos responde 'ustedes tienen que irse'". Y agregó: "En ese momento, veo a dos policías parados, corto la comunicación y me pongo a comer la ensalada. La señora insiste con que 'nos tienen que pagar' y con que nos tenemos que ir".
En total, recuerda Pochinki, estuvo poco más quince minutos al teléfono antes de ser detenida. "La policía me dice en un momento 'tienes que venir con nosotros. Y yo fui", cuenta verborrágica sin perder detalles de la anécdota. "No existió nunca un grito, un empujón" pero debió permanecer demorada hasta que un amigo norteamericano - tenor y abogado penalista - la sacó de prisión. "Muchos de los rumores son falsos", aclara Pochinki.
Aunque lo menciona al pasar, la moza del lugar le había advertido antes de llamar a la policía que debía cortar la comunicación.
Durante el viernes, la soprano no pudo hablar con ningún medio ni siquiera para aportar su versión. En este tiempo, los medios norteamericanos - y reproducciones en Argentina - se refirieron a un escándalo que Pochinki no consideró: "Me convertí en famosa por un día", dice entre risas ahora que todo concluyó en buenos términos.