POLITICA
Enviado especial

Lanata desde Honduras

El periodista retrata una cruda realidad. La odisea de la esposa del presidente derrocado y el diálogo con el obispo Oscar Rodríguez Madariaga, auspiciante del golpe.

0712lanatahondurasg
| Santiago Cichero

El primer golpe de Estado del siglo XXI es un golpe en el que se pelean las palabras: la ultraderecha habla de libertad, los políticos corruptos de complot, el Departamento de Estado de "transferencia inconstitucional" y deseos de "restoration", el depuesto Manuel Zelaya de plebiscito que luego fue "consulta" y terminó "encuesta", todos están preocupados por la Constitución que violan a diario y les parecen ciudadanos atenienses en plena polis: la Constitución por su lado mantiene artículos "pétreos", el taxista con sobrepeso y la camisa abierta que pasa junto a nosotros mientras Santiago Cichero fotografía un retén de soldados armados hasta los dientes no habla de nada, simplemente detiene su marcha para gritarnos:

-Váyanse, ¿qué hace acá?¡Acá no pasa nada!

Y luego les tira, como en un desfile de belleza, un beso volador a los soldados:

-¡Los amo!

Y se pierde en el embotellamiento de Tegucigalpa.

Como quienes pelean son las palabras, parece éste un golpe pacifista: el piquete de soldados es casi una excepción limitada a algunos sectores del centro comercial, el edificio militar donde estuvo guardada “la cuarta urna” (otra de las palabras en disputa) y el inmenso Hotel Marriot, toda una metáfora del país: se levanta al lado de la Casa Presidencial. Y cuando digo “al lado” quiero decir al lado: a menos de veinte metros. Bien podría, desde la suite del Marriot, asesinarse al sucesor del golpe o a los mismos golpistas, claro. Toda la atención está puesta ahora en Costa Rica, donde el presidente depuesto y el okupa se negaron a reunirse cara a cara y dejaron el futuro a manos de sendas comisiones sin recordar aquella sentencia del General: “Un camello es un caballo armado por una comisión”. No pregunten, por favor, de qué general se trata.

Lea la nota completa en la edición impresa de PERFIL.

Esto no les gusta a los autoritarios
El ejercicio del periodismo profesional y crítico es un pilar fundamental de la democracia. Por eso molesta a quienes creen ser los dueños de la verdad.
Hoy más que nunca Suscribite