Cristina Kirchner dio luz verde para que el kirchnerismo empiece la campaña electoral –con la mira puesta en octubre– en el Conurbano bonaerense. La orden de “la jefa” es que se recorran, primero, los distritos donde gobiernan los intendentes díscolos.
Ayer, fue el turno de Hurlingham, donde el administrador es Luis Acuña, un peronista disidente. Hubo un acto encabezado por Juan Zabaleta, secretario administrativo del Senado y mano derecha de Amado Boudou, al que asistieron los integrantes del batallón ultra K: el jefe de Gabinete, Juan Manuel Abal Medina; el secretario de Seguridad, Sergio Berni; los diputados nacionales Eduardo “Wado” de Pedro y Andrés Larroque (ambos de La Cámpora); el vicegobernador, Gabriel Mariotto; y el propio Boudou.
Zabaleta quiere ser intendente de ese municipio en 2015. Empezó por dinamitar el poder de Acuña en el Concejo Deliberante: cinco concejales del jefe comunal se pasaron al Frente para la Victoria y ayer, durante el acto en el Club Villa Tessei, fueron subidos al escenario como una suerte de trofeos.
En los próximos dos meses, habrá desembarcos similares. Uno de ellos en Tigre, cuyo intendente, Sergio Massa, aparece como uno de los principales rivales del Gobierno. Otro en Mercedes, donde gestiona Carlos Selva, que se cruzó a la vereda de enfrente en 2011, cuando le pusieron al hermano de “Wado” a competirle.
Boudou atacó a los díscolos y a los propios que considera enemigos internos: “Las candidaturas no pueden surgir de las encuestas”, expresó.
Los análisis más realistas en la Casa Rosada indican que en octubre habrá una derrota casi segura. La potencial candidata a encabezar la lista de diputados nacionales era la ministra de Desarrollo Social, Alicia Kirchner, pero quedó muy golpeada por las inundaciones en La Plata. Resurgió, con fuerza, el nombre del ministro del Interior, Florencio Randazzo, para ocupar su lugar. Pero la estimación es que ninguno de ellos superará el 30 por ciento de los votos. “Si competimos contra Massa perdemos; si Massa no compite gana De Narváez; la única salvación que tenemos es que Massa, apoyando a otra lista, divida el voto de De Narváez”, explicó una alta fuente de la Casa Rosada. Ven derrotas también en Capital Federal, Santa Fe y Córdoba que siempre son distritos adversos.
