El ministro de Justicia y Seguridad local, Guillermo Montenegro, fue sometido ayer por la oposición porteña a una larga interpelación en la Legislatura por el caso de las escuchas ilegales, que finalizó tras siete horas con un pedido de la oposición para que el jefe de gobierno de la Ciudad, Mauricio Macri, sea citado al recinto. En una sesión cargada de tensión y cruces de acusaciones, los bloques de la oposición consideraron insuficientes las explicaciones de Montenegro, opinaron que tiene "responsabilidad política" en la presunta participación de agentes de la Policía Metropolitana en la causa de escuchas telefónicas y exigieron su "renuncia".
"Rechazamos las explicaciones brindadas por Montenegro relativas a la asociación ilícita dedicada a la realización de escuchas telefónicas ilegales existente en el seno del ministerio a su cargo", expresó la legisladora Gabriela Cerruti pasadas las 22 y en representación de los opositores.
Cerruti anunció que mañana presentarán un proyecto de declaración, que ingresará por Comisión, para solicitar la salida de Montegro del gabinete porteño, cuyos integrantes asistieron al recinto para respaldar a su colega y dar muestra de unidad ante las acusaciones expresadas en la interpelación.
En ese contexto, la oposición dijo que "habida cuenta de la responsabilidad política que le cabe al ministro" exigía "su renuncia" debido a que, por "acción u omisión, e independientemente de las responsabilidades penales, es responsable político de que en su cartera se estuvieran llevando a cabo operaciones de escuchas ilegales".
Con respecto a Macri, los legisladores pidieron que sea citado para "dar explicaciones" sobre el procesamiento judicial dictado en su contra, el viernes pasado, por el juez federal Norberto Oyarbide. La sesión, que comenzó a las 15 y se prolongó hasta poco después de las 22, estuvo dominada por los pedidos de todos los bloques opositores -que son mayoría en el parlamento comunal- para que sea Macri quien dé explicaciones sobre el supuesto espionaje en torno a la Policía Metropolitana.
El propio Macri, que decidió no asistir a la Legislatura pero mandó a parte de su gabinete, respondió en un acto sobre el arbolado público: "No escucharon las explicaciones de Montenegro y ya me llaman a mí, por qué no tienen un poco más de seriedad".
Pese a las arremetidas de la oposición de la Ciudad, el bloque del PRO mostró gran cantidad de ausencias, al punto que en la derecha del hemiciclo -lugar del oficialismo- resaltaron las bancas vacías.
En la interpelación, el ministro trató de replicar las acusaciones, ratificó su "responsabilidad política" en el nombramiento como jefe de la Metropolitana del ex comisario Jorge "Fino" Palacios, hoy detenido por las escuchas por orden del juez Oyarbide, pero se desligó del otro arrestado en la causa, el espía y ex policía de la Federal, Ciro James. El funcionario, en el inicio de la interpelación precisó que él "ordenó una investigación" ante las versiones de que pudiera tener un contrato con el área a su cargo, pero advirtió que "James no prestó funciones en el ministerio" a su cargo.
Uno de los momentos de mayor tensión en la Legislatura se produjo luego de que el ministro acusara a los presentes de "no estar preocupados" por la seguridad, dichos por los cuales tuvo que pedir "disculpas" ante el enojo de los legisladores.
El segundo incidente ocurrió cuando el ex jefe de gobierno y diputado opositor, Aníbal Ibarra, comenzó con la más ácida de las exposiciones, en la que denunció la existencia de al menos "cuatro hechos de encubrimiento" que se habría producido en torno a la causa de las escuchas del propio Macri. Cuando estaba hablando Ibarra, el padre de una de las víctimas de Cromañon lo insultó duramente, circunstancia que cambió el eje del debate y puso al ex jefe de Gobierno frente a la pesadilla que terminó con su gestión.
Ante el cariz de la cuestión, el ibarrista Eduardo Epsztein pidió al macrista Martín Borrelli que tratara de sacar del recinto al familiar de Cromañon, identificado como Luis "Gallego" Fernández. Borrelli fue a hablar con el airado Fernández, pero fue allí que intervino la ex funcionaria ibarrista y actual legisladora del kirchnerista Encuentro para la Victoria Gabriela Alegre, increpando a los oficialistas "por traer a familiares de Cromañon". Fernández le dedicó otra serie de insultos antes de retirarse. Borrelli, presidente de la Comisión de Seguridad de la Legislatura y al que muchos responsabilizan por los últimos traspiés del PRO en el Parlamento, rechazó sin embargo haber tenido alguna relación con la presencia de Fernández en el recinto.
Más allá de la defensa y las explicaciones que dio Montenegro sobre la causa del espionaje y la conformación de la Policía Metropolitana, en el ámbito opositor se consolidó el objetivo de que sea Macri el que acuda a la Legislatura.
Al respecto, el diputado nacional Fernando "Pino" Solanas, líder de Proyecto Sur -el bloque opositor más numeroso de la Legislatura- fue al parlamento comunal y pidió que el jefe de gobierno sea interpelado. Si bien todos los diputados que hablaron pidieron lo mismo, Diego Kravetz, presidente de la bancada del Peronismo porteño, junto a otros sectores kirchneristas e independientes, confirmó la presentación de un proyecto para crear una comisión investigadora del espionaje que podría, incluso, citar sin votación al propio Macri.
Fuente: DYN
