Poco tiempo después de que el ministro uruguayo de Medio Ambiente, Mario Arana, firmara anoche la habilitación de la pastera Botnia tras una orden del presidente Tabaré Vázquez, las calderas de la pastera, ubicada a la vera del Río Uruguay, comenzaron a funcionar.
Mientras el mandatario uruguayo justificaba su determinación -“tal como ya lo había señalado con anticipación, una vez que todo estuviera en condiciones habilitaría la producción”, dijo- el Gobierno argentino expresaba su indignación con las autoridades del país vecino por convocar en la Cumbre Iberoamericana a que la cuestión de la pastera no divida a ambos países, y al mismo tiempo autorizar el funcionamiento de Botnia.
Según consignó el Canal 12 oriental, la misma noche de ayer se encendieron las calderas de la planta. Sin embargo, el sitio Montevideo.com asegura que, ya con las calderas en marcha, la planta comenzará a funcionar en el día de hoy.
En Uruguay también se enojaron. El malestar oriental se produjo luego de que el presidente Néstor Kirchner saliera sorpresivamente de la reunión para encontrarse con en grupo de asambleístas que se encontraban protestando contra la pastera. En ese contexto, Kirchner manifestó su apoyo a los ambientalistas.
Lo que más ofuscó al gobierno argentino fue la actitud del presidente Tabaré Vázquez: minutos después de realizar la orden de habilitar la empresa finlandesa, convocó en su discurso en la Cumbre Iberoamericana a que el conflicto no divida a ambos países.
Así lo dijo a Télam anoche una fuente oficial que consideró " una falta de respeto, una tomadura de pelo, no sólo al presidente argentino sino al rey Juan Carlos, el montaje" realizado por el presidente uruguayo.
"El canciller Jorge Taiana está estudiando una respuesta oficial frente a la actitud del presidente Vázquez", expresó la misma fuente y agregó que el Kirchner no estaba enterado de la autorización de Tabaré Vázquez para que comience a funcionar Botnia. "El gobierno considera que Uruguay sigue la política de hechos consumados", agregó.