Solo de su última visita a San Juan, Alberto Fernández trajo 400 cartas. El candidato a presidente del Frente de Todos no solo recibe pedidos, currículos y dibujos de niños de cada lugar que visita, sino que también le entregan distintos regalos regionales, religiosos y hasta alusivos a su perro Dylan.
Las cartas que les entregan a él y a su equipo son ordenadas por Juan, uno de los colaboradores de Fernández, en una de las oficinas de la calle México. Sobresalen los pedidos de trabajo y de maquinaria para trabajar. También la demanda de medicamentos a la que intentan responder, aunque no tienen la estructura para hacerlo. Esta semana, lo hicieron con una solicitud de un chico de 13 años que sufre distrofia muscular. Algunos pedidos tratan de canalizarlos a través de los gobernadores peronistas y otros son respondidos de manera institucional y esperan poder asumir para poder darles respuesta.
Entre los papeles que le entregan también hay planes de gobierno. Hay programas que abarcan desde la industria azucarera hasta la seguridad interior. Estos se derivan a los equipos técnicos que coordina Nicolás Trotta.
De su viaje a Mendoza, Fernández regresó con una vid. También recibe dulces regionales, aceitunas, aceites y hasta empanadas. El candidato disfruta de estos regalos que terminan en su casa, al igual que dos pelotas de fútbol que recibió. Una de Argentinos Junior y otra de Bell Vile, capital nacional de la pelota de fútbol.
En su oficina del barrio de San Telmo hay un oso de peluche rosa que le regaló Brunella en San Rafael. También un Lego con su figura y distintos cuadros. Uno de ellos es de su perro Dylan con el traje de granadero, como su principal custodio en caso de que gane las elecciones. Al hacerse pública su pasión por la música, muchos cantantes del interior le acercan sus discos, al igual que algunos escritores, sus libros.