"Acá hace diez años que no se dialoga, son todas invectivas, eso es lo negativo que deja esta década", aseguró el siempre polémico José Pablo Feinmann, quien rechazó la etiqueta de "intelectual oficialista" y sostuvo que tuvo "muchos problemas con los K".
"Tuve muchos problemas con los K. Una vez, toda la blogósfera oficialista estalló por una frase que dije en un reportaje. Me insultó cada tipo que mejor me olvido. La gente no va más allá del título, lee solamente los copetes. Pero yo no contesto y hago silencio total, porque cualquier cosa que diga sería echar leña al fuego", explicó el escritor y ensayista.
En una entrevista con el diario El Día de La Plata, el filósofo rechazó la etiqueta de "intelectual K": "Para un filósofo, decir 'no me insulten', es decir 'no reduzcan mi pensamiento a una letra'. No soy un intelectual K. No me pasé la vida leyendo y estudiando para que me pongan un sello de intelectual K. Que me dejen de embromar con eso. Y que sepan que entre lo K y lo anti K no puede haber nada. Hay que abrir un espacio para poder pensar", argumentó.
Feinmann nunca se declaró abiertamente kirchnerista, aunque muchas veces defendió al gobierno que encabeza Cristina Fernández de Kirchner. También hizo críticas públicas: el año pasado aseguraba que la mandataria quería "apropiarse" del Papa Francisco. Y en 2011 proclamó: "Es muy incómodo adherir al gobierno de dos multimillonarios que te hablan del hambre".
Aún así, mantiene elogios para la jefa de Estado: "Acá hay un solo político que piensa a fondo y es Cristina. Y ojo que hablo también de quienes rodean a Cristina. Por eso no hay con quien reemplazarla. Del otro lado no veo a nadie que me despierte nada. Lo peor es que muchos piensan que la política es eso. Le noto cierto desencanto con la política... Sí. Si en el 2015 suben (Sergio) Massa o (Daniel) Scioli, no me parecen personas para gobernar el país", dijo al matutino platense.
El filósofo rechazó el chavismo ("yo estuve en Venezuela y no sé si viviría allí") y el comunismo ("la idea de dictadura nunca fue erradicada, nunca arregló sus cuentas con la democracia el comunismo"). Y afirmó: "Hay una división muy marcada entre el pensamiento de derecha y el de izquierda, como si se tratara de lados opuestos de la vida, sin puntos de conexión... No me gusta hablar de un lado y del otro lado. Deberían ser opciones, siempre con la posibilidad de dialogar".
"Acá hace diez años que no se dialoga, son todas invectivas. Eso es lo negativo que deja esta década. Pero le veo una responsabilidad menor al Gobierno, porque la década se caracterizó por el manejo de los medios de comunicación, que son los representantes de la modernidad mediática", consideró el escritor.