POLITICA

Las contradicciones de Hebe de Bonafini

Un análisis de sus opiniones sobre Massa, Lanata, Tinelli, Milani, y los dólares. Video.

Hebe comenzó la semana con toda la furia.
| DyN

En su anteúltima aparición pública, Hebe de Bonafini dio su punto de vista sobre políticos como Daniel Scioli, Sergio Massa, Mauricio Macri, Néstor Kirchner, sus candidatos a Presidente de la Nación, la designación del Teniente General, César Milani, al frente de las Fuerzas Armadas, y del periodista Jorge Lanata. El jueves 30 de enero descargó su furia contra Shell, los ciudadanos que cargan nafta en esa petrolera, los críticos al gobierno, el periodismo y el empresario Alfredo Coto por ser dueño de una cadena de supermercados que “aumentan las cosas sin sentido”. Pidió boicotear a los negocios que venden más caro.

Hebe comenzó la semana con toda la furia. En la entrevista televisiva en 360TV tildó al gobernador de la provincia de Buenos Aires de “conflictivo” a pesar de que reivindicó el arte de la confrontación. De Sergio Massa dijo que es un “cuervo”. No es lo que pensaba en sus tiempos como jefe de gabinete del gobierno nacional de Cristina Fernández de Kirchner, época en la que firmó tres convenios con la municipalidad de Tigre para construir viviendas en el proyecto Sueños Compartidos. Tigre fue el distrito que más dinero recibió la Fundación en la provincia de Buenos Aires. El trato era directo con su intendente y su mujer, Malena Galmarini. Los contratos, firmados por el ex apoderado de la Fundación, Sergio Schoklender, y Hebe de Bonafini, están en poder de la justicia.

Cuando la periodista Romina Calderaro de 360TV le preguntó por su antiguo compañero en América TV, Jorge Lanata, Bonafini respondió la pregunta con otra pregunta al mejor estilo maradoniano: "¿Quién es?" Cuando estalló el llamado escándalo Schoklender, el conductor de Periodismo Para Todos, desligó a Bonafini de los posibles hechos de corrupción en la construcción de viviendas. Lanata conocía a Hebe como pocos pues, en los medios en los que trabajó, siempre le dio un espacio para que se expresase sin restricciones. Como cuando explicó por qué había festejado la caída de las torres gemelas, el 11 de septiembre del 2001. Lo hizo en su programa televisivo, en aquel entonces, Detrás de las Noticias, provocando el malestar del columnista, Horacio Verbitsky, quien no estaba de acuerdo con la opinión de la Madre de Plaza de Mayo. En la Fundación, todavía recuerdan esa tarde en la que Hebe mandó a comprar champagne para todo el mundo para celebrar, tal como lo dijo, públicamente.

El "desconocido" por Hebe, Jorge Lanata, fue el mismo que difundió información que prácticamente ningún medio publicaba sobre los desaparecidos en la Argentina. Lo hacía en El Porteño creado y dirigido por Gabriel Levinas. Pero, años después, Bonafini olvidó quién era el fundador de Página 12.

Extrañamente, no volvió a criticar a Marcelo Hugo Tinelli quien, en su rol de socio del gobierno, parece haberse reconvertido para el colectivo "progresista" argentino. En noviembre del 2011, la Madre decía que el conductor de Showmath era “pura basura y atenta contra el cerebro”. No le pareció importante mencionar el asunto que preocupa a medio gabinete del gobierno nacional. Mientras que las reservas se esfuman, el gobierno se reúne para analizar el futuro de Fútbol Para Todos y su nueva imagen ante la sociedad.

Paradojas del progresismo argentino. En dicha entrevista en 360TV, reivindicó la tarea del General César Milani y afirmó que es una persona en la cual confía. Días atrás, otra Madre de Plaza de Mayo, Elia Espen, recordó que Alfredo Astiz también era joven en aquella época –pues eso argumenta Milani para defenderse de las sospechas que lo asocian con delitos de lesa humanidad cometidos durante la última dictadura militar-. Espen todavía espera que la Presidenta algún día se digne a recibirla y escucharla. Hebe, mientras tanto, continúa defendiendo al hombre que dice estar sufriendo una campaña en su contra. Pero, a veces, las defensas de Bonafini pueden terminar siendo un salvavidas de plomo. En dicha entrevista, casi al pasar, Hebe recordó un viaje que hizo a Corea del Norte: Dijo textual: “Cuando fui a Corea del Norte, ellos no podían creer y entender que el Ejército había desaparecido a nuestros hijos”. Pronto marcó sus diferencias con aquel régimen pero aclaró que allí, “son soldados del pueblo”.

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En sus libros autobiográficos, Sergio Schoklender, no menciona ningún viaje a Corea del Norte. Editados a mediados de los noventa, recapitulan las viviencias del hijo putativo desde su salida de la cárcel hasta 1995. A Bonafini la premiaron en 1989 en el Congreso Mundial por la Juventud realizado en aquel país asiático. Regresó con Sergio en febrero del 2007, en la época en que comenzaba a dar sus primeros pasos el programa Sueños Compartidos de la mano del jefe de gobierno, Jorge Telerman.

Ni antes ni después del viaje, los integrantes de la delegación mostraron malestar por la muerte de un millón de coreanos, a mediados de los noventa, por hambre. El ejército de Corea del Norte que Bonafini reivindica es el de un régimen autocrático gobernado por la dinastía Kim Jong-II desde 1948 en el que la prensa está controlada por el Estado, la ideología Juche –vivir de lo propio sin depender ni relacionarse con el mundo- es la oficial del gobierno y en que los escándalos políticos se resuelven sangrientamente. En febrero del 2007, otro viaje sacudió a los medios argentinos. Luis D´Elia, Mario Cafiero y el padre Luis Farinello visitaban Teherán para darle una carta de apoyo al Presidente de Irán. En esa época, las calles de La Matanza aparecían empapeladas con carteles rojos apoyando al régimen de Mahmud Ahmadinejad.

Esa misma semana, un colaborador de Pablo Schoklender le preguntaba intrigado al hermano de Sergio: "¿A qué fue Hebe y tu hermano a Corea del Norte? ¿Nos vamos a meter con el negocio de los supermercados chinos? ¿O fueron a abrir uno allá?" Lo que nadie preguntó, en aquella ocasión, es quién había financiado esa comitiva, cuánto había costado y con qué moneda, Bonafini, Schoklender y compañía se pagaron el hospedaje y el viaje en avión. ¿Habrá sido con pesos o con los repudiados billetes de color verde?

(*) Autor de El negocio de los derechos humanos
En Twitter: @luisgasulla