Los funcionarios del Gobierno porteño que tienen contacto directo con las villas porteñas están nerviosos. Literalmente. Porque saben que durante la cocina electoral del último sufragio se diseminó dentro de los barrios más pobres de la Ciudad, un considerable ejército de punteros K pararepartir planes sociales y profundizar la presencia del Gobierno nacional, allí donde el clientelismo golpea más fuerte.
Ahora, la avanzada kirchnerista comienza a articular un plan para dar el gran golpe de efecto: urbanizar la Villa 31 y la 1.11.14 (la más conflictiva y la más peligrosa de la Ciudad) a través de la Fundación Madres de Plaza de Mayo.
“La urbanización de esas villas se van a hacer con Mauricio o sin él, Cristina ya nos dio el aval para avanzar con las obras”, amenaza Sergio Schoklender, apoderado de la Madres, recién llegado de una recorrida por los obradores de las viviendas que construye la Fundación en Santiago del Estero, Chaco y Misiones.
“La Presidenta se junta seguido con nosotros y nos ratificó que no se va a paralizar ninguna obra de la Fundación, no importa en qué jurisdicción se encuentre”, disparó como anuncio de una importante jugada política que tejen las Madres: abrir una mesa de negociación con las autoridades porteñas para poder construir miles de viviendas en las dos villas insignia de la Ciudad.
Lea la nota completa en la edición impresa de hoy del Diario Perfil.