Desde Río Gallegos
El empresario Lázaro Báez volvió a presentar ayer, junto a su contador, Daniel Pérez Gadín, un pedido de excarcelación, mientras su hijo, Martín, sigue a la espera de una decisión judicial viviendo en Buenos Aires, donde la Justicia le ordenó fijar domicilio. Reside en un departamento junto a uno de los voceros de la familia. “Nos trataron como a Mi Sangre”, transmitieron los voceros de Martín Báez. “(Lázaro) venía a Buenos Aires a declarar, no se iba de vacaciones, le rodearon el avión y se lo llevaron”, argumentaron en referencia a la orden de captura del juez Sebastián Casanello. Tanto cerca del padre como del hijo confirman que los vínculos con la familia Kirchner están totalmente rotos.
Sin embargo, Lázaro Báez dio marcha atrás sobre las acusaciones que había lanzado hacia Ricardo Echegaray, de quien dijo que no podía justificar su patrimonio. Argumentó que había sido “un exabrupto”. Al explicar las razones que lo llevaron a moderar los dichos, los portavoces de Báez reconocieron que era “comprarse un problema más”.
La relación entre la familia Kirchner y el empresario Lázaro Báez comenzó a romperse durante la campaña electoral. En ese momento, Alicia y Máximo eran candidatos a gobernadora y diputado nacional, respectivamente. Y el hijo presidencial comparó a Báez, durante un reportaje, con su principal rival político, el radical Eduardo Costa.
“Báez es como Eduardo Costa, un empresario, y las peleas que tienen ellos dos generan problemas a Santa Cruz”, disparaba Máximo durante una entrevista con la radio Tiempo FM. Esas declaraciones no se habían conocido hasta ahora, pero revelan que la fractura se produjo antes de la caída en desgracia del kirchnerismo.
Desde el entorno del empresario aseguran que la ruptura se produjo por la sistemática falta de pago de los certificados de obra que debía cancelar el gobierno de Cristina Kirchner. Y porque comenzó a notar que ya no le atendían el teléfono.
También ocurrió que la familia Kirchner se veía venir los problemas judiciales y comenzó a despegarse de Báez de manera premeditada. Alicia Kirchner, siendo ya gobernadora, tomó medidas en contra de Austral Construcciones, la firma de Báez. Cuando todavía no habían aparecido los videos de La Rosadita, Alicia acusó a Austral de “confundir a la sociedad” al hacerle creer que el gobierno provincial estaba en condiciones de destrabar un pago para ayudar a los trabajadores. En febrero, la cuñada de Cristina Kirchner le pidió al gobierno que rescindiera los contratos de obra pública que tenía Lázaro en Santa Cruz.