El gobernador de Santa Fe, Miguel Lifschitz, aseguró anoche que los mandatarios provinciales quedaron como "el jamón del sandwich" en el debate por el impuesto a las Ganancias entre el gobierno nacional, los legisladores de la oposición y los gremios.
En declaraciones a la prensa local, Lifschitz consideró que debe replantearse el tributo para beneficiar a los trabajadores, pero advirtió que tampoco quiere "que sea a costa de las finanzas de las provincias". En este marco, el mandatario santafesino afirmó que "los gobernadores le solicitaron al Gobierno que convoque a todas las partes, y que busque una solución que no afecte a las provincias".
"Nosotros tenemos una posición única, siempre hemos creído que el salario no es ganancia y que por lo tanto, los trabajadores tienen derecho a que se vaya adecuando ese impuesto, levantando los pisos, adecuando las alícuotas, de modo tal de ir evitando las cargas que para los trabajadores, fundamentalmente de menores ingresos, resulta gravoso", precisó el ex intendente rosarino.
Pero también manifestó que "no queremos que eso sea a costa de las financias de las provincias, porque finalmente los recursos de las provincias es lo que disponemos para el pago de los trabajadores, para pagar el bono de fin de año, para hacer las obras públicas y asistir a los sectores más vulnerables".
Por último, Lifschitz analizó que "nosotros teníamos previsto por el Presupuesto, de acuerdo a lo que nos había dicho el Gobierno, una pérdida de 1.400 millones para el año próximo, pero con estas modificaciones esa cifra se eleva en 3.000 millones. Es decir que no tendríamos 4.4000 millones anuales, una cifra muy importante para el presupuesto de la provincia de Santa Fe".