El ministro de Economía, Hernán Lorenzino, insistió esta tarde en el Senado que "no hay ninguna razón por la que el gobierno tenga que pensar en una devaluación, que traería como consecuencia ineludible un proceso inflacionario y la pérdida del poder adquisitivo de los que cobran en pesos".
Lorenzino dijo que el proyecto para facilitar el blanqueo de dólares no declarados que impulsa el gobierno tiene como fin "reincorporar esos recursos al circuito productivo", para invertirlos en el mercado inmobiliario y de la construcción y en el sector energético".
"Los que piden devaluación y dicen que es para dotar de competitividad a nuestra economía, no dicen que esa competitividad no es para el conjunto de los argentinos sino para algunos", argumentó. "Lo que no dicen es que esa devaluación trae como consecuencia ineludible y es la pérdida del poder adquisitivo de los que cobran en pesos", justificó el ministro.
Acompañado por el viceministro de Economía, Axel Kicillof; la presidenta del Banco Central, Mercedes Marcó del Pont, el titular de la AFIP, Ricardo Echegaray; y el secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno, el ministro indicó en el Salón Azul del Senado que en la última reunión de ministros del G20 se coincidió en la preocupación que existe por "las guaridas fiscales que se estiman absorben el 25 por ciento del Producto Bruto Mundial".
"Hablar de devaluación y no hablar de inflación es hipócrita", sentenció Lorenzino. "La devolución trae como consecuencia ineludible una inflación que a la vez trae como consecuencia un contexto recesivo", explicó. "El Estado recauda menos", remarcó el titular del Palacio de Hacienda, para quien "devaluación e inflación es deuda".
"Si quieren ir por ese camino, no va a ser con este Gobierno", aclaró, parafraseando a la presidenta Cristina Fernández de Kirchner.
Fin productivo. Por su parte, el viceministro de Economía, Axel Kicillof, retomó los dichos de Lorenzino, y rechazó cualquier posible devaluación. "La devaluación es un mal que está fogoneado por sectores interesados", proclamó.
"No es raro que quienes apuestan a la devaluación dicen que está a la vuelta de la esquina y cuando agitan el fantasma de la devaluación se produce lo que se llama la profecía autocumplida", cuestionó.
Kicillof insistió con la necesidad de promover el nuevo plan económico. "Estamos hablando de una posibilidad de que esa tenencia en dólares que tienen muchos argentinos se encauce dándoles un camino para que esos recursos vuelvan a la economía con fines productivos", justificó.
De acuerdo con el joven economista, "es probable que en paraíses fiscales, se encuentren depositados unos 200 mil millones de dólares, una fortuna de plata no declarada de argentinos que el Gobierno aspira inyectar al mercado local a través del blanqueo".
"No estamos haciendo una amnistía para esos fondos", aclaró. Según argumentó, el Gobierno aspira que esos recursos "sirvan para todos los argentinos" y lo hace "con la autoridad" que le da que "hoy la economía argentina no tiene un proceso devaluatorio".
“Los dos efectos inmediatos de la devaluación son la inflación y la recesión”, analizó Kicillof. “¿Qué piden para salir de la presunta estanflación? Una devaluación, que es recesiva e inflacionaria.
Entonces saquémonos las caretas”, exhortó el viceministro. “La devaluación no es la forma de salir de un problema que no existe”, rechazó.
De acuerdo con el largo relato del funcionario, “en el '76, hubo un golpe de Estado sangriento que quiso aplastar a la clase trabajadora para que la industrialización no exista más y volver a la época de la colonia”. “Trataron de hacernos creer a todos los argentinos que existe un conflicto entre la industria y la producción agropecuaria”, acusó. “No sólo no hay un conflicto sino que esa armonía es la receta y la clave del crecimiento en la Argentina”, aseguró.
“No estamos premiando a los que atesoraron dólares, estamos diciendo que hay un camino para que esos dólares vayan a parar a un proyecto de inversión”, puntualizó.
Hay efectivo. A su turno, la presidenta del Banco Central, Mercedes Marcó del Pont afirmó que el plan para reinvertir dólares no declarados "no es un instrumento más sino que apunta a que no se destruyan empleos".
Contra las acusaciones sobre la falta de liquidez del Central, la funcionaria remarcó: "No queremos apropiarnos de los dólares". "El CEDIN (certificado que se destinará para invertir en el mercado inmobiliario) permite transformar dólares ociosos en un importante instrumento para el crecimiento económico".
"Los dólares que estén en el exterior, ya sea en paraísos fiscales como en depósitos en bancos en el extranjero, podrán ser transferidos a la Argentina y, el banco que los reciba, los tomará y de inmediato los pondrá bajo la custodia del BCRA, que certificará su utilización en inversiones en los sectores inmobiliarios o energético", detalló.