En una decisión que sorprendió a la querella, a la Justicia y al Gobierno, los hermanos Noble Herrera decidieron anunciar que aceptan voluntariamente extraerse sangre bajo el procedimiento establecido por ley para que se devele si fueron o no apropiados por la dictadura militar.
Después de interminables recursos de apelaciones y el cambio de tres jueces, la explicación de por qué los Noble se presentaron ahora y no antes puede ser la siguiente. Fuentes extraoficiales confiaron a PERFIL que los abogados hicieron un estudio pormenorizado durante seis meses, cotejando expedientes judiciales, incluso remontándose a 1975, donde varias mujeres fueron secuestradas después de un enfrentamiento entre Montoneros y la Triple A en Tucumán, y que llegaron a la conclusión de que ni Marcela ni Felipe son hijos de desaparecidos.
Le entregaron ese informe, que recibió el consejo externo de la ex titular del Banco de Datos Genéticos, Ana María Di Lonardo, a Ernestina Herrera de Noble. Y, durante un mes, los jóvenes y su madre adoptiva lo estudiaron. Resolvieron presentarse ante la Justicia.
“Ninguna de las especulaciones amerita la firmeza y la convicción con la que hablaron los abogados de los Noble. Lo que parece es que ellos tienen la certeza de que no son hijos de desaparecidos, o que al menos no surgirá del análisis con el BNDG”, opinó ante PERFIL una fuente judicial. La misma fuente opinó que una investigación de esas características “no baja de siete cifras y en dólares porque lo que estás pagando es profesionalismo y confidencialidad. No olvides que acá está en juego la herencia de Noble, no sólo la pelea con el Gobierno”.
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