De los seis hijos de Raúl Ricardo Alfonsín, el símbolo del regreso a la vida democrática, fue Ricardo Luis o “Ricardito” quien decidió seguir los pasos de su padre. Aunque sin igual suerte porque no logró destacarse dentro de la Unión Cívica Radical, hoy dividida luego de ser cooptada por el kircherismo.
El cuarto de los hijos del ex presidente es una persona tímida, que hizo varios intentos por conservar unido su partido y que en la última elección participó acompañando la candidatura presidencial de Roberto Lavagna en calidad de candidato a gobernador. Obtuvo tan sólo el 5% de los votos.
La llegada de Carlos Menem a la Casa Rosada trajo un estilo muy diferente, en lo personal y por extensión en lo familiar. Su controvertido divorcio con Zulema Yoma dejó a su hija Zalemita en el rol de Primera Dama. Lo acompañó en sus giras por todo el mundo y no faltaron las controversias sobre su look, con reyerta con la modista Elsa Serrano incluída.
Tanto Zulemita como quienes le sucederían (Los De la Rúa, con Antonito a la cabeza); tuvieron episodios universitarios en donde sus privilegios les permitían aprobar materias.
Pero Antonio De la Rúa inauguró la figura de operador político en las sombras comandando el cool grupo sushi, como se llamaba a los jóvenes que asesoraban al Presidente. Su hermano, Aíto, se dedicaba a la tecnología desde el portal educ.ar que corrió casi igual suerte que el gobierno de su padre.
Con otro estilo, Máximo Kirchner sigue sus pasos. Sin cargo político definido, organiza las huestes de apoyo al gobierno tanto de Néstor Kirchner como de su madre, Cristina. Su hermana, muy chica todavía, prefiere hacer las delicias de la prensa con sus aventuras en el ciberespacio y sus historias de caprichos y minicoopers.
Los lectores se preguntarán, ¿y los hijos de Duhalde?. En esa familia, aunque numerosa, el único político por el momento es el yerno, el diputado nacional Gustavo Ferri, ahora cercano a Francisco De Narváez.