El intercambio de información entre la Justicia de Estados Unidos y Alejandro Burzaco para mejorar su pronóstico penal debería llevar nerviosismo a las principales figuras de la FIFA y la Conmebol. Burzaco deberá negociar su condena con los jueces federales de Brooklyn, en Estados Unidos. Como lo demuestran los antecedentes, los fiscales sólo acceden a recibir datos de involucrados que “estén por encima de Burzaco en la organización criminal”.
Los superiores de Burzaco eran Juan Angel Napout, actual presidente de la Conmebol, José Luis Meiszner, secretario General, y Ricardo Teixeira, ex integrante del Comité Ejecutivo de la FIFA. Ninguno de ellos fue apuntado todavía por la pesquisa que llevan adelante los norteamericanos.
Los métodos de negociación en un caso como el Fifagate, en el cual interviene el Departamento de Justicia de los Estados Unidos, son complejos. En diálogo con PERFIL, Gastón Matías Marano, abogado especialista en Derecho Internacional Público, aseguró que “una vez que el fiscal en Estados Unidos se convenza de que la información que puede brindar Burzaco es verídica, recién ahí estará dispuesto
a estudiar si le caben todos los cargos o no”.
Para dar inicio a las tratativas, Burzaco firmará un poder a un abogado norteamericano. Será su representante en Estados Unidos. El abogado, a su vez, le entregará un escrito sin nombres y apellidos al fiscal a cargo de la investigación, en el que detallará la información que el empresario está dispuesto a brindar. “Si el abogado es astuto, obviará apellidos e intentará convencer al fiscal de que Burzaco posee información que no podrá conseguir de otra manera. Además, será vital que el acusado reconozca haber ofrecido coimas y, posteriormente, devolver el dinero”.
Las conversaciones pueden superar los veinte días y, en caso de llegar a un entendimiento, el juez debe decidir si acepta el acuerdo y le da ratificación legal.
Uno de los puntos que el argentino podrá negociar es el lugar donde cumplirá su condena. En Estados Unidos el sistema penitenciario es mixto, con cárceles públicas y privadas. Hay grandes diferencias entre unas y otras. “No es lo mismo pasar meses en un patio al rayo del sol en Texas que una cárcel con gimnasio, aire acondicionado y otras comodidades. También podrá exigir ir a un lugar sin problemas de pandillas ni tintes raciales”, explicó Marano.
Marano, que entre 2007 y 2010 se desempeñó como supervisor de la Unidad de Servicios de Ciudadanos Americanos, declaró: “Si la información de Burzaco es importante, se le bajará la pena, y revisarán su situación. El cargo más pesado es el de pertenecer a una asociación ilícita, pero si logra ser juzgado sólo por evasión impositiva estará en mucho mejor situación”.