Que Aerolíneas Argentinas sucumbió ante un soberbio cóctel formado por las alzas de los costos, una política tarifaria congelada y un continuo hostigamiento de gremialistas, conjurados con un Gobierno que no tiene una política aerocomercial clara, es la principal conclusión que puede extraerse de un paper interno realizado por ejecutivos de Marsans, la empresa que aún es dueña de 95% del paquete accionario de la aerolínea de bandera, al que tuvo acceso PERFIL.
Aunque el documento busca eludir las responsabilidades del grupo español que comandan Gerardo Díaz Ferrer y Gonzalo Pascual en la nueva caída de la empresa, algunos de sus lineamientos aportan claridad sobre las razones del colapso y las probabilidades de que el mercado aerocomercial argentino vuelva a volar.
Uno de los párrafos más importantes del informe de Marsans señala: “En los últimos años el Gobierno nacional, a semejanza de lo que ocurrió y está ocurriendo con Aerolíneas Argentinas, estableció actos tendientes a degradar la imagen y la estabilidad de otras empresas privatizadas con el objetivo de que las mismas vuelvan a ser propiedad del Estado”.
Promesas. El paper de Marsans repite varias veces a lo largo de sus 11 páginas que en septiembre de 2002 el Gobierno declaró el estado de emergencia del transporte aerocomercial mediante el Decreto 1654/2 que fijó tarifas de referencia y estableció medidas para recomponer la situación de las empresas, como la exención del IVA sobre el alquiler de los aviones y su reducción para la compra de combustibles, entre otras. “Sin embargo, ninguna de estas medidas fue implementada hasta el momento”, dice el informe que estudió Vicente Muñoz, director corporativo de Marsans, antes de ser interpelado en el Congreso el miércoles pasado.
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