La campaña presidencial del gobernador santafesino Hermes Binner terminó hace pocas horas, y el resultado sienta las bases para la construcción que el socialista encara con vistas a las elecciones de 2013 y 2015. El Frente Amplio Progresista ya busca articularse para construir un espacio sólido que le permita liderar la oposición al kirchnerismo, pero mientras los operadores políticos del FAP y la mayoría de los analistas resaltan la performance de Binner en una campaña que debió sortear numerosas adversidades en poco tiempo, en el entorno más íntimo del gobernador repiensan las estrategias que les valió algunas victorias pero también importantes derrotas.
A diferencia de las encendidas palabras de victoria luego de las primarias, el discurso que Binner dio el domingo estuvo aplacado por un dato no menor: el gobernador fue derrotado en su propio distrito, Santa Fe. “Binner debió pelear solo contra todos: radicales, CC-ARI y el peronismo que por primera vez fue unido en todas sus corrientes,derecha e izquierda”, dice a Perfil.com la diputada Alicia Ciciliani, buscando explicar que el líder socialista haya perdido por tres puntos ante la presidenta Cristina Kirchner. “El kirchnerismo redobló sus esfuerzos: tuvimos recorridas semanales de ministros de gobierno y tres visitas de Cristina, que iba por cualquier razón a la provincia, por ejemplo para colocar la piedra fundamental de una industria”.
A pesar de que el gobernador ganó en ciudades como Rafaela, Rosario y Venado Tuerto, en el interior provincial y el cordón industrial del Gran Rosario el kirchnerismo logró una victoria inédita. Esto fue clave en el desánimo de Hermes Binner, que no percibió el 16% obtenido como una victoria, sino más bien como un piso lógico luego de una campaña intensa donde se diferenció notablemente de sus colegas opositores.
En el entorno de Binner prefieren mirar hacia adelante y dejar atrás los conflictos que llevaron a un resultado que no era el esperado. En los análisis que hace el FAP a puertas cerradas, todavía se preguntan cómo captar aquellos votos volátiles que en 2007 llevaron a Binner a la gobernación en la provincia pero decidieron votar al kirchnerismo en la presidencial.
El nuevo gobierno provincial y el resultado de las presidenciales: Antonio Bonfatti, el gobernador electo socio de Binner y amigo personal del socialista desde sus tiempos de estudiante, tiene una dura tarea por delante. En Santa Fe, radicales y socialistas son socios en el Frente Progresista Cívico y Social, compartiendo espacio con la CC-ARI y otros partidos menores, como el Demócrata Progresista (PDP).
Aunque hace dos décadas que trabajan juntos en ese territorio, y varias veces se vieron enfrentados a nivel nacional, lo cierto es que las tensiones son cada vez más visibles, sobre todo luego de la competencia presidencial donde la UCR obtuvo un porcentaje de votos por debajo de los 10 puntos, y las demás fuerzas apenas existieron para el electorado, y el conductor de la alianza santafesina fue el principal rival a nivel nacional. Es por eso que la UCRse encontró en un duro aprieto para encarnar su apoyo a Alfonsín sin romper la coalición con el socialismo. Esto produjo casos curiosos, como críticas públicas de la vicegobernadora Griselda Tessio al propio Binner, a quien tildó de “autoritario” en una carta pública.
La puja se instaló sobre todo en la conformación del próximo gabinete que conducirá Bonfatti. Mientras que en la administración de Binner, el radicalismo sólo obtuvo un ministerio sobre 12 carteras de gobierno, luego de la ajustada victoria de Bonfatti –ganó por tres puntos de diferencia ante el candidato de Unión-PRO, Miguel Del Sel- los radicales presionaron al gobernador electo por un espacio, al menos, equitativo en el reparto. Específicamente, la UCR pretendía al menos 5 ministerios sobre 12, una cifra que Bonfatti se niega a otorgar. Es que los radicales aseguraban que la victoria en las elecciones a gobernador se debió al control de la UCR sobre más de la mitad de los municipios de la provincia, y la victoria por pocos puntos parecía darles la razón.
Pero las primarias presidenciales dieron vuelta el panorama, ya que la proporción de votos que obtuvo el radicalismo fue mínima en comparación con Hermes Binner, que logró polarizar junto a Cristina Kirchner los votos de Santa Fe. Y el mapa se repitió el domingo con una diferencia aún más pronunciada. En ese sentido, el objetivo de Binner está cumplido, y en la cumbre que se realizará en las próximas semanas para definir la conformación del gabinete, Binner y Bonfatti llegarán con mayor fuerza que los radicales que integran el Frente Progresista.
La lucha por el legislativo: Santa Fe cuenta con diez diputados en la Cámara Baja nacional, y este es un botín que Binner busca llevar hacia el FAP y cambiar la histórica representación peronista de la provincia en el país. Es por eso que ambas fuerzas, FAP y kirchnerismo, redoblaron esfuerzos para seducir al electorado en ese territorio, al punto que Amado Bodou cerró su campaña en la ciudad de Rosario.
Un par de horas después del cierre de los comicios, todo indicaba que el Frente para la Victoria podría tener hasta seis bancas de las diez en juego, pero el Tribunal electoral decidió que la decena se repartiría en partes iguales, cinco kirchneristas y cinco para el FAP, luego de analizar la ajustada victoria K.
Aunque es una victoria a medias, lo cierto es que el binnerismo había hecho todo para conseguir la mayoría de las bancas, en una lista compuesta por los legisladores más fieles a Hermes Binner y que, debido a su trayectoria en Santa Fe, mejor conocen el proyecto del socialismo.
El radicalismo, por su parte, intentó conseguir aunque sea una de esas bancas, pero los bajos porcentajes obtenidos dejaron afuera a los candidatos de la UCR, lo que es una buena noticia para el tándem Binner/Bonfatti que deberá negociar los futuros cargos con el radicalismo en el armado del futuro gabinete provincial prevista para después de diciembre.
Por todo esto, en el binnerismo no se festeja pero sí hay esperanza, sobre todo porque el gobernador santafesino ya prometió a su entorno que no bajará los brazos y buscará encabezar la lista de senadores santafesinos en 2013, donde podría romper con la tradición y conseguir un lugar mayoritario para el FAP, cambiando una tradición de victorias peronistas en ese ámbito donde se juegan tres bancas de las cuales, desde hace varias décadas, dos perteneces al peronismo.
(*) Especial para Perfil.com