El arribo de Gabriel Mariotto a la Legislatura de la provincia de Buenos Aires esta semana rompió rápidamente con las alianzas que se tejían desde hace varios meses entre legisladores peronistas que buscaban frenar la avanzada kirchnerista y demostrar el dominio de los históricos dirigentes de la provincia de Buenos Aires.
Sergio Berni (vicepresidencia del Senado), Cristina Fioramonti (jefa del bloque de Senadores), Horacio González (presidente de Diputados), José Ottavis (vicepresidente de Diputados) y Juan de Jesús (jefe del bloque de Diputados) serán los nuevos protagonistas de una Legislatura que promete responder directamente al Gobierno nacional. Todos ellos se hacen llamar kirchneristas y ninguno se considera sciolista.
A Daniel Scioli esto no lo desvela. “Arregló con Cristina armar con independencia su gabinete y entregó la Legislatura sin ningún problema”, reniega un legislador que quedó afuera del reparto de los principales cargos en un pasillo de la Legislatura. Otro lo interrumpe para agregar: “No podemos ir nosotros contra los 56 puntos que sacó Cristina, si perdimos los cargos es porque Scioli no los defendió”. De esta manera, aunque la avanzada fue cristinista, en la Legislatura apuntan contra el gobernador bonaerense.
El ministro de Producción y diputado electo, Martín Ferré, ya había conocido el desamparo de su jefe político en 2007, cuando peleó por primera vez la presidencia de La Cámara. En aquel momento, los legisladores históricos consideraron demasiado altas las pretensiones de este ignoto asesor de Scioli y lo enviaron a la fila. Esta vez buscaba el mismo puesto pero, sin haber podido alcanzar mucho más capital político que el que tenía cuando desembarcó, cuatro años atrás, deberá conformarse con ser un diputado más.
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